Un acuerdo en el Senado favorece el debate sobre la ley de armas de EE UU
El pacto bipartito sobre la extensión de la revisión de antecedentes elimina el principal escollo para que comience a discutirse la ley en EE UU
El acuerdo in extremis para extender el control de antecedentes a todas las transacciones comerciales de armas en Estados Unidos al que han llegado este miércoles el senador demócrata Joe Manchin y el republicano Patrick Toomey, despeja el camino para que mañana, finalmente, comience a debatirse en la cámara Alta estadounidense la propuesta de Ley del Partido Demócrata para endurecer el control de las armas. El pacto bipartito puede atraer los votos suficientes para truncar la intención de poco más de una docena de senadores republicanos que, el pasado lunes, advirtieron de que bloquearían la posibilidad de que la legislación pudiera siquiera discutirse en el pleno del Senado.
La legislación sobre el control de armas que este jueves se presenta en el Capitolio es la más ambiciosa y restrictiva de EE UU de los últimos 20 años. Tras la matanza de Newtown, el presidente del país, Barack Obama, ha hecho de la lucha por reducir la violencia armada una de las máximas prioridades de su segundo mandato. En estos cuatro meses, el mandatario ha emprendido una tenaz campaña para tratar de arrancar apoyos a su cruzada y atemperar la dura oposición de la poderosa NRA y de aquellos republicanos que sostienen que la ley atenta contra el derecho a portar armas garantizado en la Constitución.
Las principales novedades de la ley
La propuesta presentada por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, prevé:
- Considerar el tráfico de armas como delito federal.
- Incrementar el presupuesto para garantizar la seguridad en las escuela.
- Extender el control de antecedentes penales y mentales a todas las transacciones de armas.
- Prohibir la venta de hasta 157 tipos de armas de asalto (enmienda).
- Limitar a 10 el número de cartuchos por cargador (enmienda).
- Extender el control de antecedentes a todas las ventas comerciales de armas, incluidas las adquisiciones en las ferias de armas y la compra por Internet, pero excluir de la revisión las transacciones privadas (enmienda).
La advertencia del bloqueo a la norma, liderada por Rand Paul y Marco Rubio, dos de las figuras emergentes del Partido Republicano, es un envite directo al presidente que el compromiso bipartito anunciado ayer puede desactivar. “No sé cómo van a votar mis compañeros, pero me consta que muchos de mis colegas apoyan esta propuesta”, reconoció ayer Toomey. El acuerdo, que se incluirá como una enmienda, atempera el alcance de la expansión del control de antecedentes -la única medida incluida en la ley que no cuenta con el respaldo republicano-, manteniéndola para las transacciones comerciales y extendiéndola a las adquisiciones en ferias de armas y a la compra de armamento por Internet y garantizando la exención a las ventas privadas. Esta nueva versión no es la que defiende la Casa Blanca, que aspira a que todas las operaciones estén sujetas a una comprobación previa, pero es la que satisface a la mayoría de los republicanos.
La amenaza de bloqueo republicano no es el único escollo al que se enfrenta la ley demócrata. Entre las propias filas de ese partido hay varios congresistas que representan a Estados donde la Segunda Enmienda está profundamente arraigada, que se juegan su reelección en 2014 y que no quieren arriesgarse a votar a favor de la norma y dar la impresión a sus electores de que están en contra del derecho a poseer armas. El hecho de que la Asociación Nacional del Rifle haya otorgado su máxima calificación al demócrata Manchin -indicativa de que es muy afín a sus principios- puede ayudar a disipar las dudas de algunos de sus colegas y garantizar, como pide el presidente estadounidense, que la legislación, al menos, llegue a votarse en la Cámara.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.