Los rebeldes entran en la capital de la República Centroafricana
El presidente del país hace un llamamiento a la calma y la mayor parte de los residentes optan por encerrarse en sus casas
Tropas de la coalición rebelde Seleka han entrado este sábado por la tarde en la ciudad de Bangui, capital de la República Centroafricana, mientras el presidente del país, François Bozizé se ha refugiado en la Embajada de Sudáfrica. Durante su avance, los rebeldes, que exigen la dimisión del presidente, han encontrado cierta resistencia por parte del Ejército y se han producido enfrentamientos en los que no han participado las tropas sudafricanas acantonadas en la entrada de la ciudad. Soldados franceses se han hecho con el control del Aeropuerto para evacuar a los extranjeros si fuera necesario, mientras el Elíseo ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
La situación en Bangui es de enorme confusión. Los residentes han confirmado la presencia de las tropas de Seleka en diversos puntos de la ciudad y numerosos testimonios hablan de fuertes detonaciones, así como intercambio de disparos, en varias zonas. El avance de las tropas rebeldes, que comenzó el pasado jueves después de que se cumpliera el plazo de 72 horas dado por Seleka al Gobierno para que respetara los acuerdos de paz firmados en Libreville el pasado 11 de enero, se ha producido desde dos frentes: uno desde la ciudad de Damara, situada a 75 kilómetros, y el otro desde el oeste pasando por las ciudades de Bossembelé y Boali, que fueron tomadas este mismo sábado.
En Bangui y sus alrededores se encuentran unos 500 soldados de la Fuerza Militar de los Estados de África Central (Fomac), procedentes de Camerún, Gabón, República del Congo y Chad, unos 400 sudafricanos enviados por el presidente Jacob Zuma en el marco de un acuerdo de Defensa firmado entre ambos países, y unos 250 soldados franceses en la zona del Aeropuerto a los que hay que sumar unos 400 paracaidistas galos llegados el objetivo de proteger a los ciudadanos franceses en el caso de que se produjeran ataques o disturbios en la capital.
Soldados franceses se han hecho con el control del Aeropuerto para evacuar a los extranjeros
En diciembre del año pasado, Seleka lanzó una ofensiva que puso contra las cuerdas a François Bozizé y que sólo se detuvo con la firma de un acuerdo de paz en Libreville, la capital de Gabón, el pasado 11 de enero, y que recogía la formación de un Gobierno de unidad nacional que incluía a miembros de la rebelión. Sin embargo, el pasado domingo los rebeldes dieron un plazo de 72 horas al presidente para que hiciera cumplir los acuerdos, sobre todo en lo que se refiere a liberación de presos políticos, la salida de las tropas extranjeras presentes en el país, especialmente los sudafricanos, y la integración de los combatientes de Seleka en el Ejército. Horas más tarde, cinco ministros salidos de la rebelión que habían entrado a formar parte del Gobierno eran retenidos por las tropas de Seleka en Sibut, a unos 160 kilómetros al norte de la capital.
Así las cosas, el pasado miércoles, el presidente Bozizé firmó dos decretos cediendo a algunas de estas pretensiones, especialmente la liberación de “todos los presos políticos recogidos en los acuerdos de Libreville”. Sin embargo, Seleka consideró que este gesto era insuficiente y el jueves inició su avance sobre la capital.
François Bozizé, general del Ejército centroafricano, llegó al poder en 2003 tras liderar un golpe de estado contra el anterior presidente Ange-Félix Patassé y ha ganado las dos elecciones presidenciales a las que se ha presentado posteriormente, en 2005 y 2011, entre denuncias de fraude por parte de la oposición.
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