Bush padre revela su preocupación por su hijo cuando éste era presidente
En su nuevo libro, una recopilación de cartas, el sucesor de Reagan muestra su frustración ante las críticas a George W. y su alegría por sus éxitos políticos
El último libro de George W. H. Bush es un ejemplo de cómo un padre no cesa nunca de desvelarse por sus hijos, a pesar de o precisamente porque, alguno de ellos llegue a ser el hombre más poderoso de la tierra. En Todo lo mejor, George Bush; My vida en cartas y otros escritos, el expresidente de Estados Unidos narra, a través de cartas enviadas a familiares y amigos, su trayectoria política y su vida familiar.
La autobiografía epistolar de Bush padre es una actualización de la que se publicó en 1999 que ha salido a la venta este martes en EE UU y de la que CNN ha avanzado algunos extractos. En ellos queda patente la frustración, rayana en el enfado, del sucesor de Reagan ante las críticas a la respuesta de George W. Bush ante el desastre del huracán Katrina, pero también el orgullo de contemplar a su hijo sentado en el Despacho Oval.
“Nuestro hijo era el Presidente de EE UU”, escribió a su amigo Hugh Sidey. “Nuestro orgullo no tenía límites. Alegría, esperanza, asombro... No sé cómo describir lo que sentí, pero era bueno, muy bueno”. Cuando, cuatro años después, George W. Bush repitió mandato, sus sensaciones eran más amargas. Mientras estaba sentado con su hijo en el Despacho Oval, Bush padre pensaba para sus adentros: “Ojalá pudiera ayudar a este hijo mío, ojalá pudiera hacer algo para hacerle más ligera esa carga. Pero no puedo, soy un viejo y quizá mi instinto no sea tan bueno como antes”, escribió.
Esa intuición de la que dudaba en 2004, resultó clarividente en 2000. La noche de las elecciones, Bush padre escribió a su hijo Jeb, entonces gobernador de Florida, para agradecerle sus esfuerzos durante la campaña para la presidencia de su hermano. “Quiero que sepas que tu madre y yo no podemos sentirnos más orgullosos de ti. No sé lo que pasará con Florida mañana, pero sí sé que nadie ha hecho más para ganar en ese Estado y en el resto que tú”. La diferencia de sólo 537 votos de Florida decantó la lucha por la Casa Blanca a favor de George W. Bush.
En el libro, Bush padre también deja ver su enfado y frustración por las críticas que Bush hijo recibió por su mala gestión del desastre provocado por el huracán Katrina en 2005. En una carta llegó a comparar su dolor ante los ataques a George W. Bush con el que él sufrió cuando fue abatido en Japón durante la II Guerra Mundial. “Entonces yo era un crío asustado, ahora soy viejo cabreado que se duele por su hijo”, le confesó a Sidey.
Uno de los momentos que mejor ilustran los sentimientos de Bush padre por su hijo es cuando se enteró de la captura de Sadam Husein. “Estaba con un nudo en la garganta, con las lágrimas rodando por mis viejas mejillas. Estaba avergonzado, pero luego me di cuenta que no debía de preocuparme porque los demás vieran cómo es la preocupación de un padre por su hijo, el amor de un padre. Era orgullo y estaba orgulloso, sí”.
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