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EE UU y Rusia buscan salidas diplomáticas a la crisis en Siria

Moscú busca un acuerdo ante la amenaza de armas químicas El enviado de la ONU, Lajdar Brahimi, prepara un plan conjunto para controlar el arsenal

Hillary Clinton, durante su visita a Dublín.
Hillary Clinton, durante su visita a Dublín. Kevin Lamarque (AP)

Estados Unidos y Rusia pactaron este jueves seguir trabajando en una posible solución diplomática al conflicto en Siria, en el contexto de unos notables avances de los rebeldes levantados contra el régimen de Bachar el Asad, quien, según datos de la inteligencia norteamericana, podría estar preparando sus arsenales de gas sarín para su uso contra los grupos opositores. La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, mantuvo en Dublín una reunión extraordinaria con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, y el enviado especial de la ONU a Siria, Lakhdar Brahimi, para avanzar por esa vía, mientras el Pentágono advirtió a Damasco de que el uso de armas químicas supondría traspasar un límite que podría llevar a la acción armada.

“Hemos concluido que debemos trabajar de forma conjunta para buscar formas creativas para poner este problema bajo control y, si es posible, comenzar a resolverlo”, dijo Brahimi tras la reunión a tres bandas, que se celebró aprovechando una conferencia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, según informa Associated Press. “Hemos hablado también de cómo podemos poner en marcha un proceso que podría alejar a Siria del abismo en que se halla. Pondríamos en marcha un proceso de paz que comenzaría en Ginebra”. El enviado especial de la ONU añadió que considera que la situación en Siria es “muy, muy, muy mala”.

En Washington, el secretario norteamericano de Defensa, Leon Panetta, dijo que el Pentágono tiene indicios, recabados por sus servicios de inteligencia, de que el régimen de El Asad está considerando la posibilidad de emplear armas químicas contra los grupos rebeldes. “Los datos de inteligencia de los que disponemos nos llevan a tener graves preocupaciones por el hecho de que es una opción que se está considerando”, dijo Panetta en conferencia de prensa en la sede del Pentágono, en Virginia. “Nos preocupa que a medida que la oposición avanza hacia Damasco, el régimen esté planteándose más el uso de armas químicas”.

Apropiándose de una expresión repetida por Barack Obama en los pasados meses, Panetta añadió: “No voy a entrar en elucubraciones sobre cuáles serían esas consecuencias, pero creo que si se usan esas armas, sería cruzar una línea roja para nosotros”. Para EE UU esa línea roja ha sido, desde que comenzaran las revueltas contra El Asad, el empleo de esos arsenales químicos. Fuentes oficiales norteamericanas explicaron esta semana que las agencias de inteligencia creen que el régimen puede estar preparando bombas aéreas con sarín, un gas nervioso, altamente tóxico, que inicialmente fue desarrollado como pesticida.

El lunes, el portavoz de Obama, Jay Carney, dijo que la Casa Blanca se planeta la posibilidad de desarrollar “planes de contingencia”. “Estamos en consultas con nuestros amigos y aliados y con la oposición, en este asunto. Aun así, seguimos creyendo que la solución política sería la mejor solución para Siria”, dijo. En agosto, Obama lanzó su primera advertencia a El Asad. “Se lo hemos dejado muy claro al régimen de El Asad y a otros actores en la región. Para nosotros se traspasaría una línea roja si empezamos a ver movimiento o uso de armas químicas”, dijo. Aparte de sarín, Siria cuenta con arsenales de gas mostaza y cianuro.

Antes de su reunión en Dublín, Clinton dijo que haría un esfuerzo por buscar una solución política a la crisis. “Hemos estado tratando de cooperar con Rusia para detener la masacre en Siria y para comenzar una transición política hacia un futuro posterior a El Asad en Siria. Y le ofrecemos todo nuestro apoyo a los esfuerzos de Lakhdar Brahimi”, dijo la secretaria de Estado norteamericana en una conferencia. “La presión sobre el régimen en los alrededores de Damasco sigue creciendo. Hemos dejado clara nuestra postura respecto a las armas químicas y seguiremos discutiendo ese punto y todos los demás”.

Esta semana, los rebeldes comenzaron a cercar partes de Damasco, la capital del país y el bastión en el que se ha refugiado el régimen desde que comenzaran las revueltas. El número de víctimas mortales por el conflicto se ha disparado en esta última semana. Muchas de ellas son civiles. Desde marzo del año pasado han fallecido más de 40.000 personas, según los grupos opositores.

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