Juan Luis Cebrián: “América Latina debe jugar un papel en la globalización”
El presidente de EL PAÍS participa junto con Enrique Iglesias, Rafael Rojas y Enrique Krauze en un debate moderado por Javier Moreno sobre los nuevos retos del continente
El presidente de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, definió como el principal desafío para la modernización de América Latina el “encontrar su propio protagonismo en la globalización”, empezando por comprender la fuerza de su comunidad cultural y de un idioma como el español que es “un arma de construcción masiva”, en un debate sobre los nuevos retos del continente celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El debate, moderado por el director de este diario, Javier Moreno, contó con la participación de Enrique Iglesias, Secretario General Iberoamericano, y los historiadores Enrique Krauze y Rafael Rojas.
Moreno abrió el coloquio planteando si, tras unos últimos años de extensión de la democracia y crecimiento y estabilidad económica en América Latina, podría hablarse ya de un proceso consolidado o no. Enrique Iglesias explicó la atmósfera de optimismo que recorre la región por tres factores —buena gestión de la macroeconomía en la mayoría de los países, la demanda internacional de materias primas empezando por China y el aumento de la inversión exterior—, pero señaló tres asignaturas aún pendientes para confirmar que se trate de una década prodigiosa.
“A nivel local”, afirmó, “no basta exportar, hay que incorporar la educación, la tecnología y la innovación. La inversión en educación es mucho menor que en Corea y el número de patentes es aún muy escaso. En el frente regional, hay que aprovechar que América Latina suponga ya más del 6% de la economía mundial; hay que ser más competitivo como lo son las 500 empresas multilatinas, y por último, hay que estar atentos a la coyuntura mundial porque la crisis empieza ya a permear el continente”.
Todos los participantes estuvieron de acuerdo en la necesidad de que se hagan reformas fiscales
Cebrián hizo notar que América Latina debe avanzar aún mucho más en la integración regional para “jugar un papel en la globalización”. “Pocas regiones tienen en el G20, que es lo más parecido que hay a un Gobierno mundial, a tres países como son México, Brasil y Argentina. Sin embargo, nunca se han reunido antes los tres para llevar una posición común a una cumbre del G20”, afirmó.
Krauze y Rojas, por su parte, defendieron que América Latina parecía por fin, después de décadas de frustraciones y fracasos, cumplir la “promesa” que una vez fue. El autor de Biografía del poder puso como ejemplo a Perú, cuyo dinamismo económico actual contrasta con el país “ensimismado, pobre, herido aún por la Conquista”, que era hace 20 años. El historiador de origen cubano enfatizó que el crecimiento demográfico había sido clave en el despegue de la región —“actualmente somos 577 millones y más de 600 si sumamos a los hispanos de EE UU"— para subrayar que la desigualdad sigue siendo una lacra: “Hay 167 millones de pobres, un 29% de la población, mientras que el 15% más rico percibe el 40% del ingreso de la región”.
La desigualdad condujo el debate hacia la necesidad de una reforma fiscal que dote a los Estados de los recursos suficientes para modernizar sus países, punto sobre el que todos los intervinientes estuvieron de acuerdo, y a la violencia que azota algunas naciones de la región. Krauze y Cebrián coincidieron en manifestar su escándalo por la actitud de Washington ante el narcotráfico. ”Es un problema que México no puede resolver solo si no tiene la complicidad tanto del Gobierno federal de EE UU como de los Estados fronterizos. Es increíble que solo se descubran túneles para pasar droga en el lado mexicano de la frontera”, afirmó el fundador de este periódico.
El coloquio concluyó destacando la oportunidad que supone que la comunidad hispana haya sido decisiva para la reelección de Obama —“EE UU se va a dar cuenta de que no puede ignorar a América Latina porque la tiene dentro”, en palabras de Krauze— y celebrando que pese a que la región tiene aún deberes que hacer, camina en la buena dirección y no parece que haya vuelta atrás.
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