Aislan a una de las integrantes de las Pussy Riot en la cárcel para protegerla
El servicio penitenciario asegura que el traslado se hace a petición de la propia Aliójina que teme ser agredida
María Aliójina, una de las Pussy Riot que cumple condena en la ciudad uralense de Bereznikí, ha tenido que ser aislada debido a las "tensas relaciones" de la joven con otras presas. La medida ha sido tomada, según explicó el servicio de prensa penitenciario, a petición de la misma Aliójina, que temía por su seguridad. Según el diario Komsomólsakya Prava, Aliójina le habría dicho a sus familiares por telefóno que la habían amenazado y que temía ser agredida.
El portavoz del servicio penitenciario aseguró que Aliójina, de 24 años, podría permanecer en esa celda aislada del resto de las que cumplen condena el tiempo que quisiera, sin límite alguno. Si lo desea, podría permanecer allí todo el tiempo de su condena. aseguró el portavoz, quien subrayó que la Pussy Riot se encuentra en una celda individual y no en una de las de castigo.
El grupo punk Pussy Riot saltó a la fama después de que el 21 de febrero pasado, cinco de sus integrantes realizaran un rezo punk en la catedral moscovita de Cristo Redentor. La oración -que se titulaba, Madre de Dios, líbranos de Putin-, provocó la detención, juicio y condena de tres de ellas, en agosto, a dos años de cárcel, pena de la que una, Yekateria Samutsévich, se libró al ser puesta en libertad condicional. Las otras dos miembros del grupo que participaron en el show anticlerical lograron huir al extranjero.
Mientras tanto, se ha desatado un escándalo con motivo de la publicación del libro Pussy Riot. ¿Qué sucedió?, en el que figuraba como autora Nadezhda (Nadia) Tolokónnikova, 23 años, la otra Pussy Riot encarcelada y que cumple condena en Mordovia, en la región del Volga. Tras aclararse que que Tolokónnikova no lo había escrito, la editorial Algoritm explicó que habían redactado el texto basándose en diversas publicaciones y que no habían pedido autorización a las muchachas, por lo que consideraban que habían cometido un "error imperdonable".
La editorial sí había estado negociando con los abogados de las Pussy Riot, pero publicaron el texto sin haber llegado a ningún acuerdo. Ahora, Algorit está tratando de remediar la situación para evitar posibles juicios en su contra, tanto por parte del grupo punk como de los periodistas cuyas entrevistas fueron reproducidas en el libro.
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