Latinoamérica mira la Cumbre con distancia

El Gobierno español llevaba muchos meses tejiendo los mimbres de la Cumbre que comienza mañana en Cádiz. Tuvo que emplearse muy a fondo para conseguir que el presidente de Paraguay, Federico Franco, aceptara no asistir, tal como solicitaban los jefes de Estados del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la mayoría de los integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). La prensa paraguaya puso el grito en el cielo ante lo que consideraba una petición humillante por parte de España. Y ahora que el Gobierno español puede presumir de una foto bien repleta de mandatarios latinoamericanos, un mero repaso a los medios más importantes de América Latina muestra hasta qué punto se observan con indiferencia y desinterés los prolegómenos de la Cumbre.

En Paraguay, que fue el país donde más espacio se le dedicó en su día a los preparativos del encuentro, los medios han pasado página y están más pendientes de la detención de un narcotraficante brasileño que gozaba de escolta policial que de cualquier detalle sobre Cádiz.

Argentina fue otro de los países donde más atención –y tampoco mucha- se le dedicó al encuentro. Su presidenta, Cristina Fernández, jugó al despiste y durante varios meses no aclaró si iba a asistir. Envió a algunos emisarios a las reuniones preparatorias, pero eludió dar alguna respuesta al Gobierno español. Finalmente, la semana pasada el presidente Mariano Rajoy tuvo ocasión de enterarse al mismo tiempo que el resto de la humanidad de que Fernández no iría. Su equipo médico habitual emitió un comunicado en el que desaconsejaba el viaje por razones de salud. Eso sí: los doctores no desaconsejaron los viajes de Fernández a la ciudad de Lima los días 29 y 30 de noviembre para su asistencia a la reunión de Unasur, y el 6 y 7 de diciembre a Brasilia para otra cumbre de Mercosur. Y tampoco le desaconsejaron asistir a cinco actos oficiales desde que se publicó el comunicado, donde Fernández ha pronunciado cinco discursos.

Ayer, durante una alocución ante decenas de miembros del Gobierno y militantes afectos, Cristina Fernández contó cómo se había comunicado con el rey Juan Carlos y Rajoy para explicarles sus problemas de salud. Cuando sonaron abucheos ante los nombres de los mandatarios españoles la presidenta mandó a callar. “Hoy, por la mañana temprano, me comuniqué con el rey Juan Carlos, de España, y con el presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy, para explicarles... [silbidos y abucheos] Por favor, respeto para todo el mundo… Precisamente la razón médica por la cual no podía asistir a la Cumbre Iberoamericana. Y realmente el rey me trató hoy con mucho cariño y respeto, como siempre lo ha hecho, y me dijo: `Bueno, te vamos a extrañar’. `Bueno, Majestad, en la próxima nos vemos’, le dije yo. Pero bueno, luego, un poco más tarde, hablé con el Presidente del Gobierno Español, el doctor Mariano Rajoy, que también siempre que he ido a España me he entrevistado con él. Se demoró un poco más la comunicación porque me señalaron que estaba en las Cortes, en el Parlamento español, precisamente presentando el presupuesto. Y charlábamos con él de los momentos difíciles que está atravesando Europa y España. `Usted sabe Presidenta – me decía – en estos momentos estamos en huelga general, aquí en España y en Portugal".

A partir de ese momento, la presidenta comenzó a hablar del drama de los desahucios en España y de las protestas que están generando en Europa los recortes sociales. Sobre ese mismo problema incidieron hoy los principales medios latinoamericanos. El diario chileno La Tercera destaca en su portada que la crisis en Europa por las medidas de ajustes desató protestas en 23 países. Su competidor, El Mercurio, también se hace eco de las huelgas en su portada impresa y en la edición digital anuncia que Europa vuelve a la recesión tras la caída del crecimiento durante el tercer trimestre. Durante varias horas, la única cumbre que se mencionaba era la tercera cumbre de rock chileno.

En Perú, igualmente, los principales periódicos se han limitado a contar hasta ahora que el presidente, Ollanta Humala, viajó a París y visitó la tumba de Napoleón. Para el último párrafo se informaba en El Comercio que después de su viaje oficial a Francia, Humala acudiría a Cádiz. En cuanto a otros países como Ecuador y Brasil, toda la atención de los medios recayó sobre las manifestaciones. La Cumbre, hasta ahora, como si no existiera.