Crece la tensión entre Ghana y Argentina por el embargo de una fragata
El Gobierno de Cristina Fernández ordenó a los marineros que esgrimieran sus armas si las autoridades del país africano ordenaban el abordaje de la nave
La odisea de la fragata argentina Libertad ha entrado en un capítulo tormentoso. Confiscada en el puerto ghanés de Tema desde el pasado 2 de octubre por impago de un reclamo de 370 millones de dólares (291 millones de euros) al fondo de inversión NML Capital, el Gobierno de Cristina Fernández ordenó la evacuación de 280 marinos el pasado 24 de octubre. En el barco insignia de la Armada argentina quedaron solo 44 tripulantes y el capitán. Pero el barco, de 103,75 metros de eslora, ocupa demasiado espacio. El director del puerto, Jacob Kwabla Adorkor, estima que pierde al día unos 60.000 dólares por lo que deja de ingresar de otras embarcaciones comerciales. La intención del director del puerto era remolcar la Libertad a un kilómetro de donde se encuentra ahora, desde el amarradero 11 hasta el 6, menos congestionado. Se trataba de una maniobra rutinaria que no debería durar más de 15 minutos, según ha explica este lunes Kwabla Adorkor al diario La Nación. Pero cuando los funcionarios intentaron acceder al barco, los marinos argentinos levantaron la plancha que les unía con la tierra. Los funcionarios siguieron intentándolo y fueron repelidos con mangueras de agua. Intentaron entonces abordar la nave con una grúa, pero varios marinos apuntaron sus armas de fuego contra ellos.
El suceso afloró el jueves en el diario ghanés The Chronicle, y al día siguiente el Ministerio de Defensa argentino reconoció el incidente en un comunicado: "Frente a estas circunstancias, en que por vía de hecho la autoridad portuaria ghanesa pretendía abordar el buque y trasladarlo forzadamente, sin una orden judicial firme que lo avale, se impartió la orden de que la tripulación se exhibiera en cubierta con su armamento regular, a los fines de disuadir cualquier tentativa de abordaje”.
La tensión duró cuatro horas hasta que el ministro de Defensa argentino, Arturo Purecelli, se puso en contacto con su homólogo ghanés, Joseph Henry Smith, para detener “las medidas de fuerza que ilegítimamente estaban siendo llevadas a cabo por autoridades locales”, según se afirmaba en el comunicado. Desde hace varios días, el puerto dejó de suministrar agua, luz y combustible, y la fragata se autoabastece con sus generadores. Las autoridades del puerto han anunciado que denunciarán a los marineros por desacato.
El millonario estadounidense Paul Singer, que instó el embargo de la nave, compró deuda soberana de Argentina tras la crisis de 2001 y se negó a negociar la quita de la deuda
Por su parte, el ministro de Exteriores argentino, Héctor Timerman, declaró hoy que su Gobierno denunciará al de Ghana ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar si no libera mañana la fragata Libertad. Timerman compareció en una conferencia de prensa pronunciada junto al responsable de Defensa, Arturo Puricelli, para informar de que mañana martes cumplen todos los plazos para que el Gobierno de Ghana levante todos los embargos sobre el buque. Aseguró también que el Gobierno no pagará a fondos “buitres” a costa de que cada vez más argentinos vean limitados sus accesos a la educación y la sanidad. Por su parte, Piricelli reconoció que la fragata ha sido privada de los servicios de agua y electricidad, pero esperaba que fuesen restablecidos a lo largo del día.
La justicia de Ghana aprobó una fianza de 20 millones de dólares en caso de que el Gobierno argentino pretenda liberar la fragata. Pero la presidenta Cristina Fernández ha declarado que no negociará en ningún momento con los “fondos buitres”. El Gobierno argentino ha recurrido sin éxito a varios foros internacionales como la ONU y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para presionar al Gobierno ghanés. Pero el Ejecutivo de Ghana aduce que no puede hacer nada, que la decisión de retener la fragata la tomó un tribunal del país ante la petición de un juzgado de Nueva York. Y en un Estado de derecho, los poderes ejecutivos y judicial son independientes.
NML Capital pertenece al millonario estadounidense Paul Singer, de 68 años, quien compró deuda soberana de Argentina tras la crisis de 2001, cuando se encontraba su precio por los suelos, y se negó a negociar la quita de la deuda que un 90% de los acreedores aceptaron en 2005 y 2010. Singer es uno de los mayores contribuyentes a las campañas electorales del Partido Republicano de Estados Unidos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.