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Sicilia mide en las urnas el rechazo a la política

La falta de compromiso de los dirigentes en la lucha contra la mafia enfurece cada día a más italianos

Una mujer vota en un colegio electoral de Palermo.
Una mujer vota en un colegio electoral de Palermo.MARCELLO PATERNOSTRO (AFP)

Santo Pitarresi no fue ayer a votar. Pero su abstención no puede considerarse un gesto voluntario de desencanto con la política. Pitarresi, de 47 años, vivía hasta el martes pasado en la calle Sebastiano Camarrone de Palermo, muy cerca de las escalofriantes Catacumbas de los Capuchinos. Oficialmente, se las tenía que apañar con los 770 euros al mes que el Estado italiano le venía pagando desde el año 2010 en concepto de invalidez total. Según había certificado un doctor de la calle Finocchiaro Aprile, el señor Pitarresi sufre un problema psicológico tal que “necesita asistencia continua, no puede desarrollar ningún trabajo ni relacionarse con la sociedad”. La policía italiana, sin embargo, no lo tiene tan claro.

Hace unos meses, Santo Pitarresi fue grabado por los investigadores antimafia mientras increpaba a un constructor en la calle Poliziano de Palermo: “¿Qué, te sientes como en tu casa? ¿Llegas y empiezas a trabajar sin avisar a nadie? Tú ya estás comiendo, pero tenemos que comer todos”. A continuación, el supuesto inválido pronunció la expresión que utilizan los enviados de la mafia para advertir a sus víctimas de que no tienen más remedio que pagar el pizzo o extorsión: mettersi a posto, ponerse al día con la organización criminal. El martes pasado, Santo Pitarresi y otros 40 supuestos integrantes de la organización mafiosa La Noce fueron arrestados en una gran operación policial que puso al descubierto el control milimétrico que ejerce la mafia sobre Palermo, pero también otros aspectos de la vida cotidiana. Entre los positivos, la resistencia cada vez mayor de los dueños de bares y comercios a pagar.

El más negativo, la falta de compromiso de la clase política en la lucha contra la mafia. Si ya es un escándalo que 20 de los actuales dirigentes de la región de Sicilia estén bajo investigación, bajo proceso o directamente condenados, más grave es todavía que 32 de los actuales aspirantes tengan en su expediente la sombra de la sospecha.

Si a esto se le añade la quiebra económica de la región y la peculiar situación política en que se encuentra Italia, el resultado de Sicilia será analizado como una señal de lo que puede suceder en las elecciones generales de la primavera. Todas las miradas están puestas en la lista del Movimiento 5 Estrellas del cómico y bloguero Beppe Grillo. Si logra llenar las urnas como ha llenado las plazas de Sicilia en los últimos 15 días, la política tradicional —que hasta ahora lo ha ninguneado— tendrá que empezar a tentarse la ropa.

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