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Biden sale al rescate de Obama tras su descenso en las encuestas

El único debate entre vicepresidentes de la campaña cobra relevancia por la inclinación de las encuestas a favor del republicano Romney, por Y. MONGE

Yolanda Monge
Paul Ryan y Joe Biden.
Paul Ryan y Joe Biden.STF (AFP)

Los focos están hoy puestos sobre Joe Biden, número dos del presidente y hombre cuya misión esta noche en el debate entre vicepresidentes es enderezar la torcida campaña de Barack Obama tras su penosa actuación de hace una semana en Denver. No es que los debates entre vicepresidentes cuenten mucho o suelan ser un punto de inflexión en la carrera hacia la Casa Blanca. En absoluto. Lo que sucede es que si el exsenador Biden no eleva el pabellón demócrata todo lo alto que pueda, las encuestas que desde hace una semana son favorables a Mitt Romney seguirán tozudas –esta vez de forma más pronunciada- negándole la victoria a un Obama tocado tras su paso por Colorado.

Biden ha llegado confiado -y lenguaraz, lo que podía ser un problema- a Kentucky, Estado donde se celebrará en la pequeña localidad de Danville el cara a cara entre los segundos espadas de los candidatos a la Casa Blanca, Joe Biden y Paul Ryan. “No veo el momento de que llegue”, ha dicho Biden a los periodistas que le esperaban en el aeropuerto en referencia al encuentro con Ryan. A la pregunta de si pensaba ejercer la táctica pugilística conocida como rope-a-dope, y que básicamente consiste en encajar golpes hasta agotar la energía del contrario para entonces rematarle por sorpresa –y que muchos analistas especularon con que fue lo que hizo Obama frente a Romney en Denver-, el vicepresidente ha respondido rotundo: “¿Me habéis visto alguna vez hacer algo semejante?”

Con un rope-a-dope derrotó Mohamed Alí a George Foreman en un combate histórico en 1974. Si esta noche Biden sale victorioso desde luego no es porque esté en su guión –planificado durante días en Delaware con el máximo estratega de Obama, David Axelrod- hacerlo con semejante maniobra. Biden, 69 años, no piensa dejarse vapulear ni colocarse voluntariamente contra las cuerdas.

Frente a él tendrá  a un joven republicano amamantado en las tesis del Tea Party. Una victoria de Paul Ryan, 42 años, confirmaría la actual buena posición de los republicanos en la recta final de la campaña –ayer a 26 días de las elecciones-. Por primera vez, Mitt Romney estaba esta semana por encima de Barack Obama en la media de los sondeos realizados por Real Clear Politics (46,3% para el demócrata frente a un 47,4% para el republicano). También por primera vez, el blog del diario The New York Times dedicado a las predicciones electorales FiveThirtyEight otorga hoya a Obama votos electorales por debajo de 300.

¿Biden al rescate? Dicen los expertos que los votantes no eligen presidente en función de quien va con ellos en el ticket y que Obama tendrá que arreglar lo roto él solito en los dos próximos debates que están por llegar, el próximo martes día 16 en el Estado de Nueva York (Hempstead) y el jueves 22 en Boca Raton (Florida). Entonces se sabrá si puso en práctica la táctica de dejarse golpear para luego pasar a la acción y sacar toda la artillería. De momento, él mismo ya ha declarado que fue “demasiado educado” en su comparecencia junto a Romney el pasado 3 de octubre.

El debate de 90 minutos de esta noche en la escuela de arte Centre College –con apenas 1.340 estudiantes- estará moderado por la periodista de la cadena ABC Martha Raddatz y tratará temas nacionales y de política internacional. Sin duda, el que fuera presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado se sentirá cómodo en esos asuntos. Biden ejercía la política cuando Ryan no había comenzado todavía a dar sus primeros pasos –literales, no figurados- en su Wisconsin natal. Es casi seguro que el candidato demócrata aprovechará el pódium de hoy –aunque el formato es con ambos sentados detrás de una mesa- para pronunciar su frase favorita. Esa que aúna la política exterior con la interior: “Osama Bin Laden está muerto y General Motors está vivo”.

Sin embargo, como presidente del Comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes, Ryan intentará compensar su inexperiencia internacional con sus conocimientos del presupuesto y la deuda federal tras 14 años en asuntos económicos en el Congreso.

Sin duda, el cara a cara sentará a millones de personas frente al televisor. Pero también es seguro que el tándem Biden-Ryan no logrará eclipsar los 70 millones de telespectadores que logró alcanzar el debate entre Biden y la exgobernadora de Alaska Sarah Palin hace cuatro años.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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