La milicia radical somalí Al Shabab abandona su bastión de Kismayo
El grupo armado Al Shabab, vinculado con Al Qaeda, promete transformar la ciudad en una zona de batalla contra los “infieles”
"La pasada noche y después de cinco años, la administración islámica en Kismayo cerró sus oficinas". Con este mensaje dejado en la red Twitter durante la pasada madrugada, la milicia islamista Al Shabab dio por perdida la ciudad somalí bastión del grupo radical vinculado con Al Qaeda, situado en el sureste del país. El Ejército de Kenia, país vecino, apoyado por soldados leales al Gobierno de Mogadiscio, lanzó ayer una ofensiva para hacerse con el control de la ciudad. No obstante, las informaciones difundidas por las dos partes dejaron en el alero el gobierno de Kismayo.
Esta madrugada, las fuerzas de Al Shabab, que controlan aún amplias zonas del centro y sur de Somalia, admitieron su derrota, pero dejaron una advertencia en el aire, a través de su perfil de Twitter: "Kismayo se transformará de una ciudad pacífica gobernada por la sharía (ley islámica) a una zona de batalla entre musulmanes y los invasores infieles".
El Ejército keniano entró en Somalia en octubre del año pasado tras varios secuestros de ciudadanos europeos en Kenia por parte de grupos armados somalíes. Entre las rehenes, aún se encuentran las cooperantes españolas Blanca Thiebaut y Montserrat Serra. Al Shabab siempre ha negado estar detrás de estos secuestros. La milicia radical llegó a controlar la franja norte de Mogadiscio, pero la ofensiva de la misión militar de la Unión Africana (AMISOM) logró expulsarla de la capital en agosto de 2011.
Kismayo es una ciudad portuaria en el sur de Somalia, a unos 530 kilómetros de Mogadiscio. La milicia islamista radical Al Shabab la había convertido en su último bastión desde que comenzó a perder terreno tras ser expulsada de Mogadiscio en agosto del año pasado.
Al Shabab es el ala más radical y heredera de la Unión de Cortes Islámicas, el último Gobierno que llegó a estabilizar parte de Somalia durante varios meses en 2006, pero fue depuesto por facciones rivales y tropas etíopes con apoyo de Estados Unidos. Desde entonces, Al Shabab ha combatido contra el Gobierno de Transición somalí apoyado por Naciones Unidas y AMISOM y ahora lo sigue haciendo contra el Gobierno del recién elegido presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud.
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