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La OTAN cancela las patrullas conjuntas con las fuerzas de seguridad afganas

Rasmussen intenta presentar la medida como una decisión táctica

Un policía resguarda el sitio donde han muerto este martes nueve extranjeros y tres afganos en Kabul.
Un policía resguarda el sitio donde han muerto este martes nueve extranjeros y tres afganos en Kabul.S. SABAWOON (EFE)

La OTAN ha decidido suspender sus operaciones militares y de patrulla junto con el Ejército y la policía afganos como consecuencia de la oleada de ataques y bajas sufridas por acciones de talibanes infiltrados en las fuerzas de seguridad afganas. Oficialmente el repliegue es una medida temporal que no afecta al compromiso aliado de formar y aconsejar a las fuerzas y policías afganos en cuyas manos quedará la seguridad del país cuando en diciembre de 2014 se retire la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF, que controlas la OTAN). “Nuestro objetivo, estrategia y calendarios son los mismos”, aseguró en Bruselas el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, al presentar la medida como una oportuna decisión táctica de refuerzo de la seguridad de los soldados en estos momentos de particular tensión.

La medida ha sido tomada de forma inesperada, no ya solo para los responsables afganos sino para las propias fuerzas aliadas. El pasado fin de semana perecieron seis soldados aliados en dos ataques perpetrados por talibanes infiltrados entre los policías y soldados afganos, lo que eleva a 51 los caídos de ISAF en lo que va de año, un 40% más que en todo 2011.

Las primera y confusas noticias que han trascendido esta mañana de la decisión hacían pensar también en la suspensión de la misión de instrucción de las fuerzas de seguridad afganas, clave del arco que sostiene toda la estrategia de repliegue aliado de Afganistán, dirigido a que en 2015 el Gobierno de Kabul cuente con al menos 350.000 policías y soldados en condiciones de defender la viabilidad del Estado afgano.

Portavoces, ministros y responsables aliados salieron en tromba a precisar el alcance de la decisión. Entre ellos, Rasmussen, que en Bruselas la valoró como adecuada para proteger a los soldados aliados en las actuales circunstancias. Rasmussen negó que ISAF esté bailando estos días al son que imponen los talibanes y llegó al extremo de poner la medida como ejemplo de lo bien que van las cosas: “La suspensión temporal es posible porque las fuerzas de seguridad afganas pueden desenvolverse por sí mismas”. En Kabul, un comunicado de ISAF precisó que seguirán realizándose las operaciones que supongan la movilización de un batallón (unos 800 hombres). En la actualidad, intervenciones de esas dimensiones son poco habituales, frente a las actuaciones más versátiles con menos efectivos.

El comunicado de Kabul no hace referencia a las bajas sufridas por acciones de infiltrados y habla de cómo “en respuesta a los elevados niveles de amenaza producido por el vídeo Inocencia de los musulmanes, ISAF ha tomado algunas prudentes pero temporales medidas para reducir nuestro perfil y la vulnerabilidad frente a disturbios civiles o ataques desde el interior”, como se denomina a los perpetrados por talibanes infiltrados.

Los afganos no han estado entre los musulmanes que con más virulencia han protestado contra Inocencia de los musulmanes, pero islamistas enfurecidos mataron ayer a 12 personas en Kabul en un atentado con coche bomba. Ocho de los muertos eran surafricanos que trabajaban para una línea aérea, cuyo nombre no ha sido revelado. Todos viajaban en un minibús que fue atacado por un vehículo conducido por una mujer, Fátima, de 20 años, según el grupo que se atribuyó la acción “como represalia por el insulto a nuestro profeta”.

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