Los liberales negocian para formar un Gobierno estable en Holanda
El partido conservador de Mark Rutte dialoga con la socialdemocracia, segundo partido del país Liberales de izquierda y cristianodemócratas abiertos a apoyar la próxima coalición
Los liberales de derecha, vencedores de las elecciones del miércoles en Holanda con 41 escaños, se han puesto en marcha para negociar la formación de una coalición gubernamental. Sus interlocutores directos, los socialdemócratas, que ganaron 39 diputados, esperan las primeras propuestas en un ambiente de secretismo. Así lo ha querido Mark Rutte, futuro primer ministro liberal, que ha pedido silencio a los medios de comunicación para evitar filtraciones. “El electorado me ha concedido un mandato para pactar, aunque no un cheque en blanco”, ha dicho, al abandonar el primer encuentro con sus correligionarios tras la victoria. Diederik Samsom, líder de la socialdemocracia, espera su llamada.
Mientras ambos marcan el paso para conseguir un Gobierno estable, los liberales de izquierda y la democracia cristiana se han mostrado dispuestos a colaborar. Han obtenido 12 y 13 escaños, respectivamente, y los dos grandes no les necesitan para tener mayoría parlamentaria. “Es cierto. Como lo es que si dejan la retórica electoralista podríamos estabilizar el nuevo Gabinete”, según Alexander Pechtold, cabeza visible de los primeros. La democracia cristiana está disponible, pero antes debe recomponer su estructura interna. Es un partido que ha gobernado en Holanda, sin discusión, durante décadas y le restan solo 13 diputados. Para Geert Wilders, líder de extrema derecha, ha sido aún peor. Ha pasado de 24 escaños a 15 y está perdido. “No hemos sabido explicar bien nuestro mensaje. La UE no funciona”, repite.
La victoria de Rutte, tan buen socio comunitario como Samsom, ha sido acogida con entusiasmo en Bruselas. “Es bueno para Europa y para la política proeuropea”, ha dicho Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo. Además de europeísta, Schulz es alemán, aliado tradicional de Holanda en cuestiones de presupuestos comunitarios. Una de las dudas de la campaña electoral fue si los liberales de derecha se inclinarían hacia Berlín, que defiende el límite del 3% de déficit, y los socialdemócratas mirarían a Francia. “Ese juego de ejes es un error”, aseguró Rutte. “Lo importante es la solidaridad europea”, añadió Samsom.
A la patronal holandesa tampoco le importa, de momento, hacia dónde pueda inclinarse el nuevo Gobierno. “Lo esencial es que se constituya lo antes posible”, ha dicho Bernard Wientjes, su presidente. Los sindicatos piden también claridad y rapidez. En 2010, el Gabinete de centro derecha, liderado por el propio Rutte, tardó más de 200 días en estar listo. Dos años después, cayó al abandonarle la extrema derecha. Patronal y sindicatos saben que los recortes en vivienda y sanidad separan a liberales y socialdemócratas, y tienen prisa. “Nos hemos sacudido el populismo. Hay que gobernar lo antes posible”, han dicho sus portavoces.
Junto al hundimiento de Wilders, las elecciones han vapuleado a los verdes. Jolande Sap, su jefa no tiene el cargo asegurado después de conservar solo 3 de sus 10 escaños. Su estilo y el de los ecologistas están en entredicho. Henk Krol, un perfecto desconocido para muchos holandeses, ha llamado la atención por lo contrario. Antiguo director del rotativo “Gay Krant”, órgano de la comunidad homosexual, ha ganado dos escaños con su nuevo partido para los pensionistas. “Se oirá su voz, cada vez más numerosa”, promete. El día 20 debe constituirse el nuevo Parlamento.
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