Desertores y exiliados sirios divergen sobre la transición
Los militares que llevan el peso de la lucha armada contra el régimen rechazan que los civiles de la oposición formen en el extranjero un Gobierno provisional para sustituir al régimen cuando éste se derrumbe
Los de dentro contra los de fuera; los militares contra los civiles. El enfrentamiento entre las dos grandes ramas de la oposición siria, los que luchan dentro del país y el exilio, ha vuelto a resurgir una vez más.
Aquellos que llevan el peso de la lucha armada contra el presidente Bachar el Asad dentro de Siria expresaron ayer su enfoque de cómo debe ser la transición tras la caída del régimen: quieren dirigirla ellos.
Veinticuatro horas antes el Consejo Nacional Sirio (CNS), que reagrupa al grueso del exilio civil empezando por los Hermanos Musulmanes, había anunciado que en cuestión de semanas formaría un Gobierno de transición que dirigiría el país hasta las elecciones democráticas.
El presidente del CNS, Abdel Basset Sida, reveló el domingo, durante una entrevista con Sky News Arabia, que estaba preparando la formación de ese Gobierno, en el que se podrían incluir “algunos elementos del actual régimen que no tengan las manos manchadas de sangre y que no estén involucrados en grandes casos de corrupción”.
Abdel Basset Sida respondía así desde Abu Dabi a los llamamientos que les hicieron, cuando se desarrollaba la batalla de Damasco, la Liga Árabe y el Gobierno de Francia, la antigua potencia colonial en Siria, instándoles a formar un “Gobierno de unidad nacional” para encauzar la transición.
La rama interior del Ejército Libre de Siria (ELS) —no los que están refugiados en Turquía—, compuesto por militares desertores y voluntarios civiles inexpertos, ve las cosas de otra manera. Rechaza de plano cualquier “Gobierno formado no se sabe dónde y carente de legitimidad nacional y revolucionaria mientras no cuente con el apoyo del mando del ELS”.
Primero hay que crear, reza el comunicado que difundió ayer, un consejo superior de defensa integrado por los jefes militares que luchan sobre el terreno y los oficiales más destacados que han desertado del Ejército regular. Solo habrá militares.
Este organismo elegirá a su vez a un consejo presidencial, del que formarán parte seis personalidades, políticas y militares, “que dirigirá el país durante el periodo transitorio”.
Entre sus prioridades estará la “reestructuración de los organismos militares y de seguridad”. Deberá establecer las modalidades para incorporar al Ejército y las fuerzas de seguridad a los civiles que combatieron durante la revolución.
No menciona la incorporación de miembros del actual régimen a ese consejo presidencial, pero está claro que no la contemplan.
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