“No parecía real, parecía una película”
El atacante, identificado como James Holmes, lanzó gases lacrimógenos antes de comenzar a disparar indiscriminadamente
“Era como estar en una película”. Así describieron muchos de los espectadores del cine Century XVI de Aurora, en Colorado, los menos de 15 minutos en los que James Holmes, de 24 años, enmascarado y vestido como un villano de los cómics de Batman, abrió fuego contra una sala en aforo completo. “No quieres creer que es real, pero lo es”, decía Jacob King al diario The Denver Post, recordando cómo en un principio pensó que el sonido de las balas era parte de la película.
Una de las fallecidas fue Jessica Redfield, una periodista deportiva que ya había sobrevivido a un tiroteo en Toronto, Canadá, el pasado junio. Su hermano habló con un amigo de ella, que estaba en el cine y sobrevivió al tiroteo, y describió el incidente de este modo, en su blog: “Brent oyó gritar a Jessica y vio que le habían dado en la pierna. Brent le aplicó presión sobre la herida y trató de calmarla. En ese momento le dieron a Brent en las piernas. Cuando aun atendía a Jessica, Brent se dio cuenta de que ya no gritaba. Dice que miró a Jessica y vio que tenía un orificio de entrada en la cabeza”.
Había cuatro salas, totalmente ocupadas, en las que se proyectaba a las 00:30 (las 08:30 en la España peninsular) El Caballero oscuro: La leyenda renace. Algunos espectadores de la sala número nueve vieron a un hombre coger el teléfono y salir por la salida de emergencia cuando comenzaban los títulos de crédito. Pasados unos minutos, esa misma puerta se abrió, y entró por ella alguien que parecía sacado de la propia película de Batman, ataviado con caso, máscara y chaleco antibalas.
"La película había empezado hacía unos 15 minutos y había disparos sonando en la pantalla. Pensamos que cuando entró en la sala formaba parte del estreno", dijo a CNN Quentin Caldwell, otro testigo de los hechos. En algunas ocasiones, en el pasado, los dueños de las salas de cine han animado la proyección con algún actor disfrazado. Pero Holmes no era ningún actor. "Llevaba una máscara de gas y un chaleco antibalas. Estaba muy tranquilo, daba miedo, y esperó a que salieran los gases lacrimógenos para disparar", dijo Trey Freeman a CBS.
Una espectadora, Jennifer Seeger, recordaba cómo Holmes se detuvo delante de ella y le puso la boca del rifle en la cara. Estuvo así, mirándola, sin mediar palabra, durante un momento. Luego le disparó a la persona que estaba sentada tras ella. “No tengo ni idea de por qué no me disparó a mí”, explicó Seeger al Denver Post. Aleatoriamente, Holmes fue eligiendo a algunas víctimas, para luego descargar ráfagas hacia la puerta de salida, hacia las paredes y hacia las butacas.
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