El Pentágono no denunciará por el escándalo del servicio secreto
Nueve de los inculpados solo han recibido sanciones administrativas y otro una carta de reprimenda La investigación sigue abierta respecto a otros dos militares
El Ejército de Estados Unidos confirmó este miércoles que no presentará ningún cargo criminal contra 10 de los 12 miembros del Servicio Secreto implicados en el escándalo de prostitución en Cartagena de Indias del pasado mes de abril. A siete soldados y dos marines inculpados únicamente se les han impuesto sanciones administrativas, mientras que otro militar, miembro de la Fuerza Aérea, solo ha recibido una carta de reprimenda. La investigación continúa abierta respecto de otros dos agentes. Todos han sido apartados de sus funciones.
El comandante del Pentágono al cargo de las tropas de EE UU en el hemisferio Sur, el general Douglas Fraser -responsable de la investigación de los militares asignados al Servicio Secreto durante la Cumbre de las Américas-, no ha dado detalles sobre el alcance y las consecuencias de las medidas impuestas, algo que tampoco suele hacer ninguna rama del Ejército. Las sanciones administrativas de carácter militar incluyen una amplia variedad de castigos, desde una degradación de rango hasta una multa económica. Tres de los inculpados, sin embargo, han exigido un juicio militar para poder refutar las acusaciones y poder oponerse a las medidas impuestas por el Ejército.
El escándalo de prostitución en el seno del Servicio Secreto estalló el pasado 12 de abril, días antes de la llegada de Barack Obama a Cartagena de Indias para participar en la Cumbre de las Américas. Una docena de agentes del cuerpo y un número similar de miembros del Ejército de EE UU fueron apartados de sus puestos por su presunta implicación en la contratación de prostitutas en la ciudad colombiana. Un altercado relacionado con la negativa a pagar por los servicios prestados por aquéllas, fue el que desveló la conducta del Servicio Secreto. Los militares implicados que han sido sancionados realizaban funciones de apoyo y en ningún momento estuvieron encargados directamente de la vigilancia personal del presidente.
La actitud de los miembros del Servicio Secreto generó una importante crisis de seguridad que puso en duda la credibilidad del cuerpo al quedar en entredicho la protección del presidente. Su director, Mark Sullivan, compareció a finales de mayo ante el Comité de Seguridad del Senado para dar cuenta de las investigaciones que se estaban llevando a cabo. En su intervención, Sullivan aseguró que la conducta de los agentes en Colombia no estaba generalizada en el Servicio Secreto, sino que se trató de un hecho aislado.
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