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Entradas agotadas para la función

El PRD se da un baño de masas en el cierre de campaña de López Obrador

Paula Chouza
Manifestantes con pancartas en la marcha en apoyo a López Obrador.
Manifestantes con pancartas en la marcha en apoyo a López Obrador.P. CHOUZA

“¡Señor, quítese el sombrero, que no me deja ver y yo llegué antes!”, protesta una mujer de unos cincuenta años atrapada entre la multitud que bloquea una de las calles que lleva al Zócalo de la Ciudad de México. Pese a los gritos desgarradores del público asistente, y a las pantallas gigantes colocadas por todas partes, esta tarde no hay concierto al aire libre ni de Paul McCartney, ni de Justin Bieber, que meses atrás ya llenaron el aforo de esta céntrica plaza de la capital. “¡El de la camisa de cuadros, ese tampoco me deja ver!”, repite la mujer desesperada. “Señora, pero este no tiene sombrero”, le contesta un hombre ante las risas de todos.

El cierre de campaña para el PRD se tornó el miércoles por la tarde en una explosión de colores, fundamentalmente amarillo, el que identifica al partido de la izquierda mexicana; y naranja, el de la plataforma Movimiento Ciudadano. La música de una caravana animó la fiesta desde las cuatro de la tarde, hora en la que los partidarios del candidato Andrés Manuel López Obrador comenzaban a concentrarse en el Paseo de la Reforma, la avenida más emblemática de la ciudad. El acto programado incluía una marcha hasta el centro histórico capitalino, donde estaba prevista la celebración del último mitin de campaña antes de las elecciones del domingo.

Pero fueron muchos los que tras recorrer el camino agitando banderas y en medio de cantos como “es un honor estar con Obrador” o “presidente, presidente” no lograron alcanzar la meta. Cualquiera de las entradas a la plaza quedó bloqueada por la marea humana que quiso acompañar al candidato antes de que este apareciese en escena. Durante esta última tarde de campaña, en la que la lluvia respetó al político, los carritos de helado y los vendedores de mango con chile hicieron su agosto en la capital. Varios agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, gobernado por el PRD, calculaban a pie de calle una afluencia de 200.000 personas.

A varias calles del zócalo, otra gran multitud se concentraba frente a la pantalla instalada junto a Bellas Artes. “¡Voy a bajar los impuestos de las gasolinas!”, clamaba López Obrador. Y el auditorio enloquecía.

Durante la marcha, en la que la presencia de miembros del movimiento #YoSoy132 fue tan solo anecdótica, hubo también espacio para los desencuentros, cuando varios manifestantes afearon al fundador del Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas, que entrase en un edificio de Reforma en vez de seguir la marcha hacia el Zócalo. Un incidente que no logró aplacar el ambiente festivo de un acto en el que Miguel Ángel Mancera, candidato a la Presidencia del Distrito Federal y primero en las encuestas, también fue coprotagonista.

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Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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