Egipto vuelve a la casilla cero
La disolución del Parlamento ralentiza los trabajos para redactar una nueva Constitución
La disolución del Parlamento tras el revés judicial contra los primeros comicios legislativos celebrados en la historia de Egipto lleva la transición democrática del país prácticamente a su casilla de salida. Los más optimistas esperaban acudir a las elecciones presidenciales, que se celebran este fin de semana, con una nueva Constitución en el bolsillo. Una Carta Magna que hubiera firmado el primer Parlamento elegido por el Egipto pos-Mubarak. No será así. La transición va lenta y camina hacia atrás. Estos han sido algunos de los episodios clave de este periodo:
– La revolución del 25 de enero de 2011, alimentada ya seis meses antes con la muerte en Alejandría a manos de la policía secreta del bloguero Jaled al Said, depuso en tan solo 18 días al rais Hosni Mubarak. A sus espaldas, en un intento de aferrase al poder, dejó alrededor de 800 muertos. Y un nuevo Gobierno liderado por el excomandante de las Fuerzas Aéreas Ahmed Shafik, candidato hoy en las segunda vuelta de las presidenciales. Tras la dimisión en bloque de la cúpula de poder, la Junta Militar tomó las riendas con el propósito de derogar la ley de emergencia, celebrar elecciones y dar paso a una nueva Constitución.
– De noviembre de 2011 a enero de 2012, Egipto se volcó en los primeros comicios democráticos celebrados en el país. Los islamistas reunidos en torno a los Hermanos Musulmanes partían como favoritos y cumplieron con las expectativas: el Partido de la Libertad y la Justicia, apadrinado por la hermandad, obtuvo el 45% de los escaños. Otro 25% del voto fue a parar al partido salafista ultraconservador Al Nur. La hoja de ruta de la transición pasaba entonces por la formación de una Asamblea Constituyente que trabajará en redacción de la nueva Constitución.
– El legislativo optó por escoger una Asamblea Constituyente formada por 50 diputados y 50 representantes de la sociedad civil. Los representantes políticos laicos boicotearon los primeros trabajos de este órgano al que acusaron de estar monopolizado por los islamistas. El 11 de abril, un tribunal administrativo anuló la Constituyente. Un acuerdo entre las fuerzas políticas a finales de ese mes desbloqueó la formación de este órgano, limitó la participación de políticos y amplió la presencia de representantes religiosos y expertos en derecho. La aprobación de cada uno de los artículos requerirá ahora una mayoría cualificada de dos tercios.
– Mientras el Parlamento daba sus primeros pasos, lentos, la Junta Electoral calentaba los comicios electorales con la eliminación de los tres grandes favoritos: el candidato oficial de los Hermanos Musulmanes, Jairat al Shater, por una causa de inhabilitación política; el ex número dos de Hosni Mubarak, Omar Suleimán, por falta de firmas, y el representante del salafismo, Hazem Abu Ismail, porque su madre contrajo la nacionalidad estadounidense antes de morir, algo prohibido por ley.
– La primera vuelta de las elecciones presidenciales egipcias cerró con la victoria de Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes (24,3%), y Ahmed Shafiq, aspirante del antiguo régimen (23,3%). Los dos se disputarán la jefatura del Estado en la segunda vuelta que se celebrará entre el 16 y 17 de junio. Una vez que el presidente se electo, la Junta Militar deberá entregarle el poder.
– Sin embargo, con la disolución del Parlamento elegido en las legislativas de noviembre, el futuro presidente empezará a gobernar sin el respaldo democrático de la Cámara. La decisión del Tribunal Constitucional contra el legislativo obligará a celebrar nuevos comicios y emponzoñará, por tanto, los futuros trabajos para redactar la nueva Constitución.
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