El opositor Consejo Nacional Sirio elige a un kurdo como presidente
Abdel Baset Sida sustituye a Burhan Galion, quien dimitió hace un mes Su elección busca recibir más respaldo del millón de kurdos que viven en Siria
La asamblea del principal órgano opositor en el exilio de Siria ha elegido hoy en Estambul al que será su próximo representante. Se trata de Abdel Baset Sida, un kurdo residente en Suecia que aúna gran parte del apoyo de los 311 miembros que integran el Consejo Nacional Sirio (CNS). “Es una persona que goza de muchos apoyos, alguien competente, preparado, que tendrá que hacer la profunda reestructuración que el Consejo necesita”, dice desde Roma Bassam Imadi, uno de los portavoces de este grupo opositor.
Sida sustituye a Burhan Galion, que presentó su renuncia como presidente del CNS el pasado 17 de mayo por las críticas a una gestión “demasiado individualista que no buscaba el consenso de los muchos grupos que hay en la organización”, explica Imadi. “Soy optimista, la tarea del nuevo presidente no será fácil pero goza de apoyos en el exterior”, asegura Moaz al Sibaai, otro miembro del CNS afincado en Beirut. Además, otras fuentes consultadas afirman que la elección de Sida hará que Consejo goce de más respaldo entre el millón de kurdos que viven en Siria.
Mientras la oposición se reúne, al menos 35 personas murieron ayer en una nueva ofensiva militar en Homs, y otras 96 fallecieron a lo largo del fin de semana en ataques registrados en Deraa y Latakia.
En el exilio la oposición intenta reorganizarse, pero existen profundas diferencias entre la multitud de grupos opositores que trabajan en el interior del país. El más importante es el Comité de Coordinación para el Cambio Democrático en Siria, que agrupa a los líderes de partidos que buscan un hueco en el futuro panorama político. Forman parte de él el antiguo partido por la Unidad Social, el antiguo partido comunista, y otras formaciones menores que representan a la minoría kurda, además de figuras independientes que solo buscan su supervivencia política y no gozan de apoyo entre el pueblo sirio.
Igualmente importante es la Comisión General para la Revolución Siria (CGRS), creada en agosto de 2011 y de la que forman parte hasta 60 grupos opositores civiles, incluidos los Comités de Coordinación Locales (LCC) y la red Sham, creada fundamentalmente para distribuir los vídeos de la represión ejercida por el régimen en el canal YouTube. Su trabajo, ajeno a la acción armada, se centra en la recogida de testimonios en el terreno para su posterior difusión a los medios. De ella son integrantes muchos de los manifestantes que participan en las concentraciones contra El Asad.
Más reciente es la creación del Frente Revolucionario Sirio, cuyo objetivo es aunar a todos los grupos armados de Siria y mejorar sus comunicaciones. “Apenas hay teléfonos vía satélite y las transmisiones son malas por eso es tan difícil que se coordinen”, explica una fuente de la oposición. La prioridad de este grupo no es tanto proteger a los manifestantes sino luchar contra el régimen para lograr su caída. Tienen buenas relaciones con el Ejército Libre Sirio (ELS), en concreto con uno de sus líderes, Riyad Alasad, pero no pertenecen a este grupo armado.
Por otra parte, en cada ciudad es habitual la existencia de Consejos Revolucionarios. Entre ellos, destaca el de Damasco, creado en 2011 para aunar a toda la resistencia de la ciudad, antes dividida entre los sectores más moderados y los más radicales. A los primeros se les acusó de ser colaboracionistas con el régimen.
Pero dentro de la amplísima amalgama de grupos existentes en Siria, existen otros grupos de la oposición, creados bajo el paraguas del régimen, como el Movimiento de Construcción del Estado Sirio, creado en julio 2011 por el escritor Luai Husain. Rechaza la acción armada contra el Gobierno, considera al Ejército una institución nacional que debe ser respetada y se opone tanto la intervención internacional como las sanciones económicas impuestas por Europa y Estados Unidos. El Consejo Nacional Sirio no les considera una fuerza de la oposición como tal y no gozan del apoyo de la población. Por último, se encuentra el Frente Popular por el Cambio y la Liberación, creado por dos antiguos miembros de la élite en el pode: Qadri Gamil y Ali Haider. Gamil es ahora diputado del Parlamento tras las últimas elecciones legislativas celebradas en mayo. “Nadie les cree”, asegura Bassam Imadi.
En cuanto a los grupos armados, sin duda, el más importante es el Ejército Libre Sirio (ELS) que aglutina tanto a las fuerzas rebeldes y a los desertores del ejército regular. La coordinación es escasa pero gana adeptos más por la capacidad de liderazgo de sus principales cabecillas que porque exista una organización como tal. “Hemos aprendido de los errores de Bab Amro, ahora nuestra estrategia es la guerra de guerrillas”, asegura Abu Yazan al Ayati, un excapitán del Ejército regular y miembro actual del ELS. “Tenemos armas más potentes que antes, como los misiles Grad, pero necesitamos cohetes de corto alcance y antitanque, si no, tendremos que retirarnos”, advierte.
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