_
_
_
_

Defensores y detractores de El Asad combaten en el norte de Líbano

Al menos ocho personas han muerto y decenas han resultado heridas en los últimos cinco días

Ana Carbajosa
Un hombre suní armado dispara en Tripoli.
Un hombre suní armado dispara en Tripoli.NABIL MOUNZER (EFE)

La violencia sectaria entre defensores y detractores del régimen sirio volvió a prender ayer dejando varios heridos en Trípoli, la ciudad costera del norte de Líbano, según informaron fuerzas de la seguridad libanesa a la agencia France Presse. Al menos ocho personas han muerto y decenas han resultado heridas en los últimos cinco días a consecuencia de unos enfrentamientos, que han provocado el despliegue del Ejército libanés, ante el temor de que los choques se extiendan en una zona altamente volátil.

Los soldados libaneses lograron en principio pacificar la zona el martes, tras tres días de combates entre barrios y confesiones rivales. Estas nuevas escaramuzas dan, sin embargo, una idea de que pervive el peligro de que el conflicto sirio incendie el vecino Líbano, un país pequeño y dividido, en el que la paz permanece cosida con alfileres.

Los combates estallaron tras la detención de Shadi Mawlawi, un islamista al que las autoridades acusan de terrorismo y supuesto militante a favor de la revolución siria. Los islamistas suníes consideran que con la detención el Gobierno controlado por la milicia-partido chií Hezbolá ha querido proteger al régimen de Damasco.

Bab al Tabane, poblado por musulmanes suníes y Yabal Moshen, donde predominan los alauíes, la secta a la que pertenece el presidente sirio Basar el Asad, son los dos barrios enfrentados y entre los que periódicamente salta la chispa. Líderes políticos y religiosos se han mantenido reuniones en los últimos días para tratar de reducir la tensión, según informa la prensa libanesa.

Los choques de Trípoli son de alguna manera un reflejo de las divisiones en todo el país ante la revuelta siria que dura ya 14 meses y en la que los grupos rebeldes aspiran a derrocar al presidente El Asad. La situación en Trípoli es, sin embargo, particularmente delicada debido a la avalancha de refugiados sirios que ha cruzado la frontera huyendo de la violencia y al trasiego de víveres y todo tipo de ayuda destinada a los opositores sirios.

“Hace 30 años, dispararon a un hombre allí. Ayer, uno de sus familiares murió en el mismo lugar. Siempre vamos a vivir así. Mis hijos y sus hijos. Esto no va a terminar hasta que no arrastremos a Líbano a otra guerra”, dijo un residente de Trípoli a la agencia Reuters.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_