El Gobierno boliviano atribuye las protestas de obreros a una “conspiración”
Los disturbios marcan el último día del paro convocado por la Central Obrera
El último día del paro de 72 horas convocado por la Central Obrera Boliviana (COB) ha sembrado inquietud en el Gobierno, que ha acusado a la oposición de sembrar caos, generar enfrentamientos y causar desgaste al presidente Evo Morales.
Las ciudades de La Paz y Cochabamba, además de Santa Cruz, Potosí, Sucre y Oruro, han sido escenario de masivas manifestaciones durante toda la semana para exigir al Gobierno que atienda sus conflictos. Las autoridades atribuyen las manifestaciones a una conspiración de las organizaciones que llevan adelante las protestas, respaldadas por la oposición política. “La COB rechaza las acusaciones de desestabilización. Aquí nadie viene a desestabilizar a ningún gobierno”, dijo indignado el máximo líder de la matriz obrera, Juan Carlos Trujillo, que ha emplazado al Gobierno “a responder favorablemente las peticiones que hemos presentado”.La Policía mantiene un férreo cerco de unos 200 metros a la redonda de la Plaza Murillo, donde se encuentra la Casa de Gobierno, la Asamblea Legislativa y la Gobernación de La Paz.
Este viernes, una parte de la columna de manifestantes de la COB rebasó el control policial y lanzaron globos con pintura rosada a los escudos de los uniformados y también a las paredes del edificio que alberga la vicepresidencia del Estado Plurinacional. Algunos estudiantes atemorizaron a las tropas con lanzarles botellas que contenían, supuestamente, virus de laboratorios, según denuncias que transmitieron los medios de comunicación.
En Cochabamba, los universitarios salieron a bloquear puntos estratégicos del centro de la ciudad y a instalar vigilias para lograr la liberación de 14 estudiantes detenidos en los enfrentamientos el jueves contra las fuerzas del orden. El grupo continúa en las celdas de la Policía a la espera de presentarse a la justicia acusados de asociación ilícita y de transportar sustancias explosivas de alta peligrosidad. De acuerdo a las autoridades, los estudiantes utilizaron “armas letales” que han causado heridas de consideración a tres uniformados.
Los universitarios han advertido que de no lograr la solución a sus demandas, el lunes marcharían por las calles de La Paz.
El presidente Evo Morales, que el pasado viernes suspendió verbalmente el decreto que repone ocho horas de trabajo en los servicios públicos de salud, ha reiterado su intención de uniformar este régimen laboral pese a que había anticipado que una cumbre social, convocada para julio, determinaría la política de salud dentro de un proceso revolucionario. Tampoco revisará el aumento salarial del 8%, rechazado por la COB.
El asambleísta por El Alto en el Legislativo Departamental de La Paz Roberto de la Cruz ha pedido a Evo Morales que no ponga en peligro el proceso de cambio, en un emotivo mensaje por la Radio Fides de La Paz. “Hermano Evo, como luchador de Octubre [de 2003, cuando se produjo una asonada que derrocó al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada], te pido que dejes la soberbia. Tienes la virtud de ser honesto, de no ser corrupto, [pero] la soberbia te puede llevar a la tumba” y le ha exhortado a no escuchar a sus ministros ni asesores sino a dialogar con la COB, los médicos y los indígenas de la novena marcha. Las autoridades decidieron restar a médicos, paramédicos y trabajadores del sistema público los días no trabajados en las planillas de sueldos y salarios, lo que amenaza en convertirse en otro factor de grave irritación a las protestas, ya de siete semanas, en la huelga de mayor duración bajo gobiernos democráticos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.