El presunto asesino de Trayvon Martin esperará el juicio en libertad condicional

George Zimmerman, el vigilante voluntario de barrio acusado de matar al joven de raza negra Trayvon Martin, ha abandonado este lunes la cárcel de Florida en la que estaba detenido tras pagar una fianza de 150.000 dólares, según ha informado la portavoz del sheriff del condado de Seminole, citado por Reuters.

Zimmerman ha abandonado el Correccional John E. Polk pocos minutos después de la medianoche del lunes después de pagar la fianza y cumplir con otras condiciones impuestas para su puesta en libertad en la audiencia celebrada el pasado viernes. No hizo comentarios a la salida.

Como parte de estos requisitos impuestos por el juez Kenneth Lester, Zimmerman tendrá que llevar un localizador electrónico para informar de su ubicación a las autoridades, aunque puede obtener permiso para salir del Estado de Florida. También debe cumplir con un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer y no podrá llevar armas ni consumir alcohol o drogas.

Hasta que se celebre el juicio, para lo que todavía no hay fecha, el paradero de Zimmerman permanecerá en secreto por razones de seguridad.

Trayvon Martin, de 17 años, falleció por los disparos de Zimmerman, un joven miembro de las "patrullas de barrio" de Sanford, en Florida. El vigilante se percató de la presencia del joven, que regresaba a casa tras comprar golosinas y refrescos para pasar la noche de los premios Oscar, alertó a la Policía y, en contra de su consejo, le siguió.

Zimmerman, de 28 años, alega que usó su pistola en defensa propia después de que Martin le atacara, dándole un puñetazo en la nariz y tirándole al suelo. Por su parte, la familia del joven argumenta que se trata de un crimen racista. Una vez destapado el caso, la Policía tardó varios días en detener a Zimmerman acogiéndose a la polémica ley de Florida conocida como Defiende tu Espacio, que permite el uso de fuerza letal fuera del domicilio propio si se percibe una amenaza razonable.

El caso ha hecho resucitar los fantasmas del racismo en Estados Unidos y ha cobrado tal relevancia mediática que el presidente Barack Obama llegó a intervenir en la polémica al afirmar. "Si yo tuviera un hijo [varón] sería como Trayvon Martin".