Leonid Shebarshín, exjefe de los espías de la URSS
Dirigió el KGB un solo día tras el golpe de Estado de 1991
El general Leonid Shebarshín, que fue jefe del servicio de espionaje de la URSS y llegó a dirigir el KGB (Comité de Seguridad del Estado) durante un solo día, después del golpe de Estado de agosto de 1991, fue encontrado muerto el viernes en su domicilio de Moscú. El general, de 77 años, fue víctima de un tiro con una pistola de su propiedad. La principal hipótesis de la instrucción sobre las causas del suceso es el suicidio. Junto al cadáver se encontró una nota explicativa, según unas fuentes, y el diario personal del oficial, según otras fuentes. El diario estaba abierto por la página del último apunte, el 29 de marzo, en el que se constataba una pérdida de visión, y concluía con el número del teléfono de guardia del servicio de espionaje, señala la página web Life news.
En su campo, Shebarshín fue un profesional altamente cualificado, que gozaba del respeto de los oponentes ideológicos, como Yevguenia Albats, periodista especializada temas de seguridad, que lo ha definido como “honrado, valiente y digno” y muy afectado por el fenómeno de la corrupción existente en Rusia. A diferencia de otros veteranos del espionaje, Shebarshín no era dado a jactancias sobre sus eventuales proezas ni a manidos clichés sobre su profesión.
Nació Shebarshín en 1935 en una familia obrera de Moscú. En 1958 terminó sus estudios en el Instituto de Relaciones Internacionales, tras haber pasado por el departamento dedicado a la India del Instituto de Estudios Orientales. Dominaba el urdú, el farsí y el hindi. Fue destinado a Pakistán nada más concluir sus estudios y permaneció allí hasta 1962, primero como traductor y luego como agregado diplomático de la embajada soviética. De vuelta a Moscú, trabajó en el ministerio de Exteriores de la URSS, de donde fue enviado a la escuela del KGB que preparaba especialistas para el espionaje. Siguió una estancia en la sede del KGB, como responsable del sudeste asiático, y una comisión de servicios a Pakistán, donde permaneció de 1964 a 1968. Ascendido por su labor en ese país, Shebarshín completó sus estudios en otro instituto del KGB que formaba cuadros dirigentes. En 1971 fue destinado a la India, donde permaneció hasta 1977, primero como responsable adjunto y luego máximo responsable del espionaje soviético. En 1979, fue destinado a Irán, donde fue el responsable del espionaje soviético hasta 1983. Ese año fue nombrado vicejefe y después jefe de la Sección de Información y Análisis del Primer Departamento (espionaje) del KGB. En 1987, le ascendieron a vicejefe del espionaje y en 1989, a jefe, cuando el responsable del departamento, Vladímir Kriuchkov, fue ascendido a presidente del KGB.
Tras el golpe de Estado de agosto de 1991, en el que estuvo involucrado Kriuchkov, Shebarshín dirigió de forma interina el KGB durante la jornada del 22 al 23 de aquel mes. Después de jubilarse aquel mismo año, el general se dedicó a escribir artículos especializados y a dar conferencias e hizo algunos pinitos en el mundo de los negocios junto con colegas de los servicios. Shebarshín publicó varios libros, entre ellos"El brazo de Moscú: apuntes del jefe del espionaje soviético, construido con fragmentos autobiográficos. Tenía numerosas condecoraciones y, con ocasión de su 75º cumpleaños, el diario gubernamental Rossískaya Gazeta lo elogió por haber sabido mantener los servicios de espionaje al margen de la lucha política. Era un gran jugador de tenis, le gustaba el fútbol y poseía una extraordinaria memoria.
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