Santorum gana en las primarias republicanas de Alabama y Misisipi
Romney queda tercero, logrando el peor resultado en los comicios de los Estados sureños Gingrich promete mantenerse en la contienda, acusando a Romney de demasiado moderado
Dando de nuevo muestra del débil liderazgo de Mitt Romney en las primarias republicanas, su principal competidor en la contienda, Rick Santorum, ganó anoche los comicios de Alabama y Misisipi, colocándose en la posición de poder disputarle seriamente la condición de favorito en las próximas elecciones. Romney, de hecho, quedó tercero en ambos Estados, por debajo de Santorum y de Newt Gingrich, en el peor resultado posible para su campaña. El exgobernador de Massachusetts venció en Hawai, un Estado con poco peso que otorga pocos delegados.
“Lo hemos vuelto a lograr”, dijo anoche Santorum a sus votantes, en un mitin celebrado en otro Estado sureño, Luisiana, que celebra comicios el 24 de marzo. “Todos los miembros del aparato han apoyado a la otra parte. Nadie esperaba el triunfo del hijo de un minero de Pensilvania, excepto vosotros, que habéis trabajado muy duro por nosotros, porque creéis en un país seguro y próspero, con ciudadanos libres y con un mercado libre, y en la solidez de la familia y la centralidad de la fe en la vida pública”.
En Misisipi, con el 99% de los votos escrutados, Santorum ganó con el 33%. Gingrich se colocó segundo, muy de cerca, con el 31%. Romney se quedó por debajo, con el 30%. En Alabama, la distancia de Santorum fue mayor. Con el 98% de las papeletas contadas, obtuvo el 35%. Gingrich y Romney empataron con el 29%, con este último candidato logrando 1.800 votos menos. Santorum, el exsenador que apela al voto más conservador, acumula ya nueve victorias, frente a las 18 de Romney, que sigue teniendo más delegados, más de 450, según el recuento de Real Clear Politics.
La noche de ayer le sirvió también a Gingrich como una poderosa razón para mantenerse en la contienda. “La idea, defendida por los medios de comunicación, de que la victoria de Mitt Romney es inevitable se ha desmoronado”, dijo el expresidente de la Cámara de Representantes en un mitin en Alabama. “Los candidatos conservadores hemos conseguido el 70% de los votos. Y si a alguien se le considera el líder en esta contienda, y sigue quedando tercero en las primarias, no es en realidad ningún líder”.
Desde que comenzaran las primarias, en enero, Santorum ha ganado sobre todo en Estados sólidamente conservadores, viveros de votos republicanos como los propios Alabama y Misisipi, además de Misuri, Oklahoma y Tennessee. Romney ha cimentado su débil liderazgo en triunfos en Estados demócratas, como Massachusetts o Michigan, o independientes, como Florida y Ohio. Al ganar en ese último Estado, en el llamado supermartes, logró tomar brevemente la iniciativa, solo para ver como Santorum ganaba los tres últimos comicios a los que se presentó: Kansas, el sábado, y los dos de ayer.
Romney optó por no dar un discurso anoche, dando indicios de que ya esperaba una derrota en ambos Estados. En lugar de eso, puso rumbo a Nueva York para tomar parte en actos de recaudación de fondos. “Lo que importa son los delegados”, dijo previamente tras un mitin en Misuri. “Eso nos acerca aun más a la cifra mágica”.
Necesita 1.144 delegados para asegurarse la candidatura. Dispone ya de más de un tercio de ellos. Su campaña había recordado, antes de que cerraran las urnas, que el reparto de delegados en Alabama y Misisipi será proporcional, por lo que en realidad cada candidato se llevará aproximadamente un tercio de ellos de cara a la Convención Nacional Republicana de agosto.
La victoria de Santorum, sin embargo, tiene un gran peso simbólico, y le coloca como favorito del voto conservador y de facciones radicales del Partido Republicano, como el Tea Party. Fuentes de la campaña de Romney calculan que durante al menos dos meses no alcanzará esa “cifra mágica”, de la que el propio candidato hablaba y que necesita para dar por terminada la contienda. Y en esos dos meses, Santorum promete seguir interponiéndose en su camino.
Romney pierde el voto conservador
En las primarias de Alabama, según las encuestas a pie de urna, los que se definían como “muy conservadores” optaron por Rick Santorum en un 41% y por Newt Gingrich en un 37%. En Misisipi, esas cifras cayeron hasta un 38% y un 33%, respectivamente. En ambos casos, Mitt Romney fue el tercer candidato elegido por los “muy conservadores”. En ambos Estados, Romney fue la primera opción de los votantes que se definían como “moderados” o “progresistas”.
El voto conservador se ha dividido, hasta la fecha, entre Santorum, que ha ganado nueve primarias y más de 200 delegados, y Gingrich, que ha vencido en Carolina del Sur y en Georgia, acumulando más de 120 delegados. Si esas papeletas no se hubieran repartido entre esos dos candidatos, que apelan a las bases que más a la derecha se hallan en el Partido Republicano, Romney no hubiera logrado cuatro de las 17 victorias que atesora.
De hecho, el voto popular combinado de Santorum y Gingrich supera al de Romney en Wyoming, en Alaska y en dos Estados en los que este último ha solidificado su liderazgo hasta la fecha: Michigan, donde nació, y Ohio, que fue decisivo para que se declarara vencedor en la jornada del supermartes, la semana pasada, en que hubo 10 primarias. En ese caso, Romney hubiera ganado en 14 contiendas, y atesoraría solo unos 280 delegados, por lo que estaría prácticamente empatado con Santorum.
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