Bruselas mete presión a Hungría para ajustarse al derecho comunitario
O responde positivamente a las exigencias del club o dentro de un mes enviará a Budapest ante el Tribunal de Justicia de la Unión
La Comisión Europea mete prisa a Hungría para que ajuste al derecho comunitario sus reformas sobre el sistema judicial y la protección de datos y le ha hecho saber que o responde positivamente a las exigencias del club o dentro de un mes enviará a Budapest ante el Tribunal de Justicia de la Unión. Mientras tanto, y para demostrar que va en serio, Bruselas se niega a participar en las negociaciones junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) con Hungría necesarias para compensar un déficit excesivo que pone en peligro importantes subvenciones europeas en 2013.
El Gobierno del conservador Viktor Orbán ha respondido a las fundadas dudas de la Comisión sobre el acomodo al acervo comunitario de un importante paquete legislativo húngaro, cuestionado por la oposición del país y en el Parlamento Europeo.
El Ejecutivo comunitario ha aceptado las enmiendas legales que ahora, tras la advertencia de Bruselas, consagran la independencia del banco central, aunque queda a la expectativa de conocer los detalles de su aplicación.
No está satisfecha, en cambio, la Comisión con las modificaciones relativas a la independencia de la agencia de protección de datos y las que afectan a la jubilación anticipada, de los 70 a los 62 años, de 274 jueces y fiscales. Sobre ambos asuntos, Bruselas ha remitido sendos dictámenes motivados a Budapest, que en esta ocasión tiene un mes para ponerse a bien con el derecho comunitario, frente a los dos meses habituales. “Es crucial que las autoridades húngaras respondan con rapidez a las dudas de la Comisión”, comenta Viviane Reding, vicepresidenta y comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales.
El Gobierno de Orbán prefiere ver la botella casi llena y tiene su propia aritmética. Dice celebrar que la Comisión haya aceptado sus “respuesta al 90% de las cuestiones planteadas” y asegura que “sigue dispuesto a continuar el diálogo con la Comisión sobre las cuestiones pendientes”.
De aquí a un mes se verá en resultado de esa negociaciones, pero lo más acuciante para Orbán es que como medida de presión la UE se niega a participar en las negociaciones con el FMI para un préstamos de entre 15.000 y 20.000 millones de euros que Budapest reclama para responder a una delicada situación económica que ya tienen al país amenazado con perder fondos comunitarios por su falta de disciplina presupuestaria.
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