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Santos viaja a Cuba para intentar salvar la cumbre de Las Américas

El presidente colombiano quiere neutralizar el chantaje del ALBA de ausentarse si no invita a Castro Aprovechará para visitar a Hugo Chávez y desearle una “pronta y exitosa recuperación”

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos este martes.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos este martes.LEONARDO MUÑOZ (EFE)

Para dar tan contundente mensaje se requiere hacerlo en persona. Así lo ha entendido el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien este miércoles le dirá a su homólogo cubano, Raúl Castro, palabras más, palabras menos: su presencia en la Cumbre de las Américas sería muy incomoda, por favor no vaya.

El reto es mayúsculo. Santos viaja a La Habana con la esperanza de que Castro desista y que, además, continúen intactas las relaciones bilaterales. La cumbre se celebra los días 14 y 15 de abril en la ciudad colombiana de Cartagena.

El viaje es, por ahora, la única alternativa para salir de una crisis surgida tras el sorpresivo chantaje de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA): “O Cuba es invitada a la cumbre o nosotros no vamos”, amenazó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien hizo de vocero de este grupo de países en el que están Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Antigua y Barbuda, entre otros.

La situación se convirtió en un dolor de cabeza para Santos porque de inmediato Estados Unidos reaccionó con dureza al sentenciar públicamente que la cumbre, que tendrá lugar en Cartagena en el mes de abril, “es solo para países democráticos”.

Santos quedó con muy poco margen de maniobra. En un año electoral, Barack Obama no va a correr el riesgo de salir en una foto con Castro porque está en juego el influyente electorado del exilio cubano, especialmente el que reside en La Florida, que con seguridad le daría la espalda en las urnas.

Ante este escenario, Santos decidió tomar su avión y trasladarse a La Habana en donde circunstancialmente está convaleciente al que él llama su “nuevo mejor amigo”, el mandatario venezolano Hugo Chávez. La cancillería colombiana informó de que Santos visitará a Chávez, al que le acaban de extirpar un segundo tumor canceroso, para desearle una “pronta y exitosa recuperación”.

Más allá del lenguaje diplomático, es un hecho que Santos buscará una reunión con Chávez y Raúl Castro –se espera que también esté Fidel– para explicarles que Cuba no ha sido invitada a la Cumbre de las Américas porque no es parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), ni del proceso de cumbres.

Santos espera que sus anfitriones entiendan la explicación y, sobre todo, que valoren el gesto de su visita. Hace 13 años que un gobernante colombiano no iba a la isla. En enero de 1999, el entonces presidente Andrés Pastrana viajó invitado por Fidel, quien en su momento aprovechó para presentarle a Chávez, que acababa de ser elegido presidente de Venezuela, y también entonces estaba en la isla. Fidel fue más allá de la simple presentación y tuvo la gentileza de dejarlos solos conversando para que se conocieran. De ese grato encuentro, surgió una relación más o menos buena entre Colombia y Venezuela a pesar de las abismales diferencias ideológicas de los dos jefes de Estado.

En diversos medios se ha comentado que el presidente Santos va a La Habana porque quiere evitar la bochornosa experiencia vivida por el entonces presidente de México, Vicente Fox, quien tuvo una situación muy similar en 2002. En vísperas de una cumbre de Naciones Unidas en Monterrey, llamó telefónicamente a Castro para pedirle que declinara ir. Todo para no desagradar al presidente George W. Bush y a la comitiva de Estados Unidos. Fidel grabó la conversación de casi 20 minutos en la que un Fox suplicante le decía “Puedes venir pero comes y te vas”. El líder de la revolución cubana se comprometió a que la conversación fuera privada, pero luego la hizo pública. El mandatario mexicano quedó en ridículo. Con este antecedente, Santos optó por ir a La Habana y evitarse el uso del teléfono.

Así mismo, en el ambiente flota el tema de una posible exploración para entablar conversaciones de paz entre el gobierno de Santos y la guerrilla de las FARC. ¿Qué mejor escenario que Cuba y con la influyente presencia de Chávez? Sobre este punto todas las fuentes niegan esta posibilidad. Si fuera verdad está claro que nadie se atrevería a confirmarlo porque la experiencia en Colombia enseña que si se pretende que unos diálogos de reconciliación lleguen a buen puerto deben hacerse en completo secreto.

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