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Hollande piensa en una UE más abierta y sin directorio francoalemán

El candidato socialista, favorito en las presidenciales, cambiaría el actual método de decisión para abrirlo a todos los socios y a las instituciones La canciller alemana y el presidente francés celebran hoy un consejo de ministros bilateral en París

Francoise Hollande, en un mitin el pasado día 2.
Francoise Hollande, en un mitin el pasado día 2.FRED DUFOUR (AFP)

Este lunes renace Merkozy en París. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy celebran un consejo de ministros bilateral en el Elíseo. El eje francoalemán, al completo y con fanfarrias, para dar al mundo una nueva prueba de fuerza y unidad, y de paso para lanzar un mensaje electoral a menos de tres meses de las presidenciales francesas: la poderosa pareja de líderes conservadores va a tener un rol protagonista y conjunto en la campaña. La oposición socialista ya apenas oculta su malestar por la estrategia de Merkozy. “Han sido negligentes en la gestión de la crisis, y Sarkozy está haciendo de todo para instrumentalizar la relación con Alemania”, afirma un consejero de François Hollande.

El equipo de campaña del favorito en los sondeos prepara el contraataque cuidadosamente. Los socialistas franceses están diseñando un nuevo tratado que complete el actual, y un nuevo método de liderazgo para la UE. “Si Hollande es elegido presidente, cambiará la forma de tomar decisiones en Europa, abriéndola otra vez a los socios e instituciones a quienes Merkel y Sarkozy no han dejado ni hablar”, explica un asesor diplomático de Hollande.

En cabeza de los sondeos a 75 días de la primera vuelta del 22 de abril, los socialistas van perfilando poco a poco su política exterior. Hollande, que envió a su jefe de comunicación, Manuel Valls, al congreso del PSOE en Sevilla, sabe bien que muchos ciudadanos europeos, gran parte de la izquierda continental e incluso algunos Gobiernos de derechas esperan que una victoria socialista supondrá un cambio en la férrea política de austeridad y disciplina impuesta por Merkel y sumisamente secundada por Sarkozy.

Si gana, Hollande tendrá una prioridad absoluta: reforzar la fundamental política bilateral con sus vecinos alemanes ofreciendo a Merkel la firma de un nuevo tratado que conmemore el firmado en el Elíseo por De Gaulle y Adenauer en 1963. Un homenaje mutuo, 50 años después de aquella alianza democrática, pero con iniciativa francesa y no alemana.

“La discusión con Merkel será dura, porque estamos completamente determinados a cambiar Europa y a mejorar el tratado"

Para ello, Hollande tiene previsto hacer su primer viaje oficial a Berlín “en mayo mismo [el mismo mes de la segunda vuelta de las presidenciales], si Merkel quiere”, confía su asesor. El segundo desplazamiento será a Chicago, para informar en directo a la cumbre de la OTAN de la retirada de las tropas francesas de Afganistán, antes de que acabe el año.

El tercer paso internacional de Hollande sería el de más peso: renegociar el tratado europeo recién acordado en Bruselas y que se firmará el 1 de marzo. Los socialistas reprochan a Sarkozy y Merkel por “no haber escuchado las justas reivindicaciones sobre los eurobonos” planteadas por Mario Monti, primer ministro italiano, y creen que fue un error desoír las “interesantes propuestas” sobre empleo y crecimiento que aportaron la Comisión, el Parlamento y el Consejo europeos.

Hollande cree que es crucial y urgente hallar un “nuevo método” de liderazgo europeo

Pero Hollande cree que es crucial y urgente hallar un “nuevo método” de liderazgo europeo. “Nosotros no queremos encerrarnos con Alemania como hace Sarkozy porque eso es malo para Europa”, afirman desde su equipo. “Queremos ayudar a Monti porque Italia es un socio esencial. Y queremos que las instituciones y todos los socios europeos puedan participar en el debate para mejorar la toma de decisiones y añadirle al tratado lo que le falta”.

“La discusión con Merkel será dura, porque estamos completamente determinados a cambiar Europa y a mejorar el tratado”, vaticina el consejero socialista.

La apuesta es buscar el consenso para incorporar al tratado, ya abierta la fase de ratificación, un “nuevo dispositivo” que completaría el pacto fiscal con medidas que promuevan “el crecimiento, la gobernanza política, la solidaridad, la lucha contra los riesgos financieros y la coordinación de las políticas económicas”.

Los dirigentes del Partido Socialista están estudiando cómo modificar un tratado ya firmado por 25 Estados, y aunque subrayan que no quieren “retrasar nada” creen que hay “suficiente espacio de discusión, porque la experiencia dice que el proceso de ratificación será largo”. El tratado entraría en vigor en cuanto lo ratifiquen 12 Estados, pero la negativa francesa sería un rejón para Berlín.

A cambio de incluir esas cinco nuevas cláusulas, el PS se compromete a aprobar la parte fiscal del tratado “tal y cómo está”, aunque según sus asesores Hollande todavía no ha decidido de qué forma hacerlo, un matiz que deja abierta la hipótesis de un referéndum que Alemania vería con pánico.

“Creemos que el texto fiscal está bien como está, y aunque no meteremos la regla de oro en la Constitución, aprobaremos una ley, aun no sabemos si orgánica o no, para consagrar el equilibrio presupuestario en 2017”, dice una fuente socialista.

El PS francés ratificará también en el Parlamento el tratado paralelo que dotará al nuevo mecanismo europeo de rescate (MEDE) con 500 millones de euros. Aunque matizan: “Lo apoyaremos para que esté listo en julio de 2012, aunque pensamos que sería mejor que entre en acción más deprisa y ampliar su capacidad más adelante”.

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