El rival para Obama

Mitt Romney es el canditado republicano que más posibilidades tiene de batir a Barack Obama en noviembre. Lo dicen las encuestas, pero también los votantes republicanos en las primarias de Florida. Esa ha sido la razón principal de su victoria, junto con la situación económica, que también favorece al exgobernador de Massachusetts, destacado con más de 14 puntos sobre su inmediato rival, el radical Newt Gingrich. En las encuestas sobre la elección presidencial, este se sitúa a 12 puntos de Obama y Romney tan solo a cuatro.

A pesar del resultado de Florida, la carrera para la nominación republicana todavía puede ser larga, aunque parece seguro que será cosa de dos. Sumando los tres anteriores caucus y primarias solo se ha contabilizado un 5% de los delegados a la convención republicana. Quedan 46 Estados y el supermartes del 6 de marzo, que puede marcar una divisoria, aunque ni siquiera eso sea seguro. Florida, en cualquier caso, es un indicador fuerte porque es un Estado disputado que puede caer tanto del lado republicano como del demócrata y tiene una sociedad que representa muy bien al conjunto de Estados Unidos.

En todos los sectores, y con una amplia movilización de votantes, Romney ha salido bien parado: tanto entre los hispanos que votan republicano, como entre los evangélicos blancos. Incluso los seguidores del radical Tea Party —que se calcula pueden representar dos terceras partes del voto republicano en ese Estado— se han repartido entre ambos candidatos.

Romney no se ha presentado como un “verdadero conservador”, que era justamente la idea fuerza de Gingrich, sino como un moderado. Esta vez ha importado poco que fuera rico, pagara pocos impuestos o que su posición en muchos temas no estuviera clara. De momento ha reunido más dinero para su campaña que su inmediato rival, y eso cuenta mucho, especialmente a la luz de la publicidad negativa que ha dominado el panorama en Florida.

Romney quiere capitalizar el odio a Obama de muchos republicanos. Significativamente, en sus primeras palabras tras su victoria en Florida se ha dedicado más a atacar al presidente, por su política económica y por lo que ve como una pérdida de peso de EE UU en el mundo, que a los que siguen en la liza de las primarias republicanas. Significativamente también, el Servicio Secreto le ha puesto escolta a Romney. No a los demás.