Italia suspende la búsqueda de desaparecidos en el 'Costa Concordia'
Sigue el vaciado de las casi 2.400 toneladas de combustible y la recogida de residuos
Queda definitivamente suspendida la búsqueda de los 15 desaparecidos en la parte sumergida del crucero Costa Concordia, que naufragó el pasado 13 de enero frente a la isla toscana de Giglio, en Italia. La Protección Civil italiana ha formalizado "la decisión de interrumpir las tareas porque ya no se dan las condiciones operativas de seguridad" necesarias para que los buzos puedan acceder al interior del gran esqueleto blanco, encallado y hundido por un lado. El viento y las marejadas mueven la nave unos milímetros al día y comprometen el trabajo de los socorristas. Hasta ahora han sido encontrados 17 cuerpos sin vida.
La búsqueda continúa, no obstante, en la parte de la nave que permanece en superficie.
También sigue el vaciado de los depósitos para alejar el peligro de una catástrofe ambiental y la recogida de los deshechos que escupe el inmenso vientre del Costa Concordia. El crucero apenas llevaba dos horas y media de viaje cuando dio con un escollo, por lo que iba muy cargado de carburante, casi 2.400 que comienza a aspirar una empresa holandesa. Mientras, como los buzos han tenido que abrirse paso al crucero con pequeñas cargas de explosivo, por los agujeros que crearon salen muebles y objetos al mar.
El fiscal Francesco Verusio, que coordina la investigación desde la sede de Grosseto, ha subrayado que "la acción judicial para averiguar responsabilidades y causas del naufragio continúa con el compromiso adecuado a la complejidad y gravedad del suceso". Hoy es interrogado Roberto Ferrarini, el jefe de la unidad de crisis de la compañía Costa Cruceros. El capitán Francesco Schettino habló varias veces con Ferrarini en los momentos inmediatamente posteriores al impacto con la roca. Los magistrados investigan si la naviera conocía la gravedad de la situación, antes de que Schettino avisara a la Capitanía de Livorno una hora después del choque. Los investigadores se preguntan por qué la naviera no alertó del naufragio.
El próximo 6 de febrero un tribunal de Florencia decidirá si el capitán debe continuar en arresto domiciliario o tiene que volver a la cárcel. Los fiscales habían recurrido la decisión del juez que le permitió volver a su casa cerca de Nápoles a la espera del juicio.
Una entrevista con Gianluca Marino Cosentino, médico de a bordo del Costa Concordia, proyecta la enésima sombra sobre la conducta del capitán Schettino. "No había coordinación por parte del capitán -cuenta Cosentino al diario napolitano Il Mattino- . Me quedé muy sorprendido cuando le vi sin uniforme en el muelle a eso de las 24.30. Bajé y subí varias veces del barco y la gente me podía identificar gracias a mi uniforme". Resulta lógico que, para llevar las riendas de la evacuación de más de 4.000 personas asustadas y heladas, lo último que hay que hacer es confundirse entre ellas, quitarse el uniforme y parecer un náufrago más.
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