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Tu coche viene de una cadena de montaje polaca

Hace 20 años, Transsystem tenía 14 trabajadores y 300.000 zlotys anuales de ingresos. Hoy gana entre 200 y 300 millones

¿Tienes un Audi, un Mercedes o un Fiat Panda? Es probable que hayan sido montados en una cadena diseñada por la empresa polaca Transsystem. Sus cadenas de montaje están diseñadas para que el coche “incorpore” la mejor calidad. Encontrar el pueblo de Wola Dalsza, de la región de la región cercana a los montes Cárpatos, solo es posible en mapas muy exactos.Tiene 1-700 habitantes, y está a 50 kilómetros de la frontera con Ucrania. El límite más oriental de la Unión Europea.

En las proximidades se encuentra Łańcut, localidad conocida por un hermoso castillo construido en la Edad Media por colonos traídos desde Landshut (Baviera) hasta allí por soberanos polacos.

A finales del siglo XIX, los terrenos al este de Łańcut constituían la tercera región petrolera del mundo (después de Bakú en el mar Caspio y de Texas en Estados Unidos). En este lugar nació Jan Zeh, que junto con Jan Łukasiewicz fue el primero en el mundo en construir una refinería de petróleo. De ella extraía el producto de destilación para las lámparas de petróleo. Posteriormente, a partir del petróleo empezaron a producir gasolina, la auténtica sangre de la motorización contemporánea.

En la industria automovilística lo que cuenta es la calidad y el cumplimientos de los plazos de entrega de los encargos

En Wola Dalsza se encuentra la sede de la empresa Transsystem. Fue Stanisław Sroka, un ingeniero eléctrico que había estudiado en la Universidad Politécnica de Gliwice, quien fundó Transsystem junto con un hermano suyo y dos amigos.

Era el año 1991. En Polonia gobernaba la antigua oposición, que había surgido del movimiento Solidaridad. Se produjo la caída del Muro de Berlín. La economía socialista planificada había pasado a la historia y empezaba la época de la iniciativa empresarial privada.

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“Desaparecieron muchas fábricas. Mi hermano y un amigo se encontraron sin trabajo, y yo contaba con 1.000 zlotys para fundar la compañía .Los había ganado trabajando en la República Checa, Alemania y España”, recuerda Stanisław Sroka, que además de esa “fortuna” trajo consigo contactos con empresarios extranjeros e ideas sobre qué vale la pena vender en Europa Occidental.

Empezaron por la producción de envoltorios para maquinaria industrial. Les llegaban encargos a mansalva. Y justo en ese momento, en Wola Dalsza las autoridades locales habían puesto a la venta el Centro Estatal de Maquinaria, que debido a las deudas se había ido a pique (durante el periodo de socialismo real este tipo de empresas estatales se encargaban de dar servicio ala maquinaria agrícola de las cooperativas agrarias). Compraron el centro y pudieron producir a mayor escala tanto envoltorios como otros elementos necesarios para las cadenas de producción.

"En la industria automovilística lo que cuenta es la calidad y el cumplimientos de los plazos de entrega de los encargos. Nosotros cumplíamos religiosamente con todo”, afirma Sroka. Seguro que también ayudaron los bajos costes del trabajo de la parte polaca.

Diseñador y fabricante

En el año 1994, los socios polacos vendieron una parte de las participaciones de Transsystem a la empresa alemana Fredenhagen, un antiguo cliente suyo. Gracias a esta transacción, Transsystem fue dotada con maquinaria y dinero y pudo dar un nuevo salto en su desarrollo empresarial. “Al principio éramos subcontratistas. Más tarde decidimos convertirnos en proveedores de sistemas de transporte automático en las cadenas de producción”, explica Sroka.

El cambio decisivo en la industria automovilística se produjo cuando se inventó, hace 100 años, la cadena de montaje

Transsystem ya no solo instalaba maquinaria de ese tipo,sino que también empezó a diseñarla y a producirla. En la actualidad, de sus cadenas de montaje en las poblaciones alemanas de Neckarsulm, Volkswagen en Emden, Wolfsburg,en Eslovaquia y en China, salen los coches de la marca Audi, los de Fiat,Mercedes, Opel y los automóviles del consorcio Peugeot-Citroen.

El cambio decisivo en la industria automovilística se produjo cuando se inventó, hace 100 años, la cadena de montaje. En una de las fábricas de Henry Ford comenzaron a montarse las piezas de la carrocería de un coche que ya tenía las ruedas atornilladas y que era desplazado por medio de cuerdas a lo largo de la fábrica. En la actualidad, el proveedor de las instalaciones de todas las fábricas del mundo de General Motors es la empresa polaca Transsystem.

Las cadenas de montaje de hoy constituyen casi una obra maestra de las artes aplicadas. Están diseñadas para que cumplan los requisitos medioambientales,pero sobre todo para que se garantice la máxima calidad de los automóviles. “El empleado se mueve por la cadena de montaje sin tener que andar mirando hacia abajo, por si se choca con ningún obstáculo. Gracias a ello no se despista y no comete errores”, asegura Sroka.

El productor principal

Transsystem dio el siguiente salto en su desarrollo empresarial en el año 2007, al recuperar la parte de la empresa que había comprado su socio alemán, la empresa Fredenhagen. “En la llegada de la crisis vimos una buena oportunidad. Ahora somos nosotros los que tenemos en Alemania nuestra propia empresa y contratamos a trabajadores alemanes que nos consiguen encargos. Hemos llegado a convertirnos en el productor principal de sistemas de transporte. Solo hay dos empresas similares en toda Europa, pero en Europa Central somos los más importantes”, afirma Stanisław Sroka.

Hace 20 años su empresa tenía 14 trabajadores y 300.000 zlotys anuales de ingresos. Hoy ha alcanzado las 1.100 personas y gana entre 200 y 300 millones de zlotys. La empresa anda a la busca de nuevos clientes en os sectores energético y turístico. Se encarga de suministrar estaciones de esquí a los complejos hoteleros de Suiza y España.

El jefe de Transsystem no tiene ninguna duda de que la entrada de Polonia en la UE facilitó el acelerado desarrollo de su empresa. “Hasta entonces existían limitaciones para la entrada en los mercados de los países de la Unión. Ahora somos tratados como iguales por las empresas de otros países”, remacha Sroka. Y no puede ni imaginarse que todo pueda acabar con la desintegración de la Unión Europea.

Dentro de poco los conductores europeos podrán ponerse al volante del pequeño Volkswagen Up! o del nuevo Mercedes clase A, también de pequeñas dimensiones. Que por supuesto habrán salido de las cadenas de montaje de Wola Dalsza, en el límite oriental de la Unión Europea.

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