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Romney hará pública su declaración de la renta el martes

El candidato republicano queda segundo en Carolina del Sur por detrás de Newt Gingrich

El precandidato republicano a la presidencia, Mitt Romney (c), pronuncia un discurso ante sus seguidores el pasado 21 de enero de 2012, en Columbia, Carolina del Sur (EE.UU.).
El precandidato republicano a la presidencia, Mitt Romney (c), pronuncia un discurso ante sus seguidores el pasado 21 de enero de 2012, en Columbia, Carolina del Sur (EE.UU.).EFE

Después de quedar en segundo puesto en las primarias de Carolina del Sur, aunque las encuestas le habían dado por ganador durante la mayor parte del mes de enero, el candidato republicano Mitt Romney ha cedido a la presión y ha decidido hacer algo que sus rivales llevan semanas pidiéndole: revelará el martes la declaración de la renta correspondiente al año pasado, y en consecuencia hará públicas sus ganancias, parte de una fortuna que se estima de entre 147 y 193 millones de euros. Además, revelará su previsión de declaración fiscal correspondiente al año 2011.

El asunto se convirtió en uno de los puntos centrales de ataque en la campaña en Carolina del Sur, el tercer estado en celebrar elecciones primarias. Los demás candidatos, especialmente Newt Gingrich, que acabó ganando los comicios, le pidieron en reiteradas ocasiones que revelara, como mínimo, sus ingresos en 2010 y 2011. Además, pusieron como ejemplo el caso de su padre, George Romney: en su campaña presidencial de 1968 reveló las declaraciones de impuestos relativas a los 12 años previos.

En principio Romney dijo que seguiría la costumbre electoral de revelar las declaraciones de la renta en abril, que es un mes en el que, según la costumbre de pasadas primarias, ya se ha decidido casi con seguridad al candidato. Pero este domingo, en una entrevista en el canal Fox News, admitió haber cometido un “error”. “Quiero dejar claro que revelaré mis declaraciones de impuestos de 2010, que son las últimas declaraciones que hemos completado. También haré pública al mismo tiempo una estimación sobre la declaración de 2011”, señaló.

La riqueza y el pasado empresarial de Romney han sido un arma arrojadiza para los demás candidatos, especialmente para Gingrich, que ha apelado al voto de las bases conservadoras y de clase media. Un punto de especial escrutinio en las primarias de Carolina del Sur fue la gestión de Romney en los años 80 y 90 del siglo pasado al mando de la empresa de inversión de riesgo Bain Capital, que se dedica a comprar, sanear y vender empresas. En aquellas transacciones destruyó numerosos puestos de trabajo, muchos de ellos precisamente en localidades de Carolina del Sur.

Gingrich dio un golpe de efecto en el debate electoral del pasado jueves, revelando sus declaraciones de impuestos y exigiendo a Romney que hiciera lo propio. En 2010, Gingrich y su mujer, Callista, pagaron 770.000 euros de impuestos por unos ingresos de 2,3 millones. La mayoría, unos 1,8 millones, provinieron de los beneficios de su empresa Gingrich Holdings, a través de la que, entre otras cosas, el candidato da conferencias. Esos ingresos son tasados al 35%. El resto son ganancias de capital, por las que pagó un 15% de impuestos.

Lo único que Romney ha dicho hasta la fecha sobre sus declaraciones de impuestos es que paga un 15%, lo que indica que sus ingresos provienen, en su mayoría, de ganancias de capital. “¿Cuál es la tasa que yo pago? Probablemente se acerca más al 15% que a otra cifra”, dijo el pasado martes en un acto electoral en la localidad de Florence, en Carolina del Sur. “En los pasados 10 años, mis ingresos provinieron sobre todo de inversiones que he hecho en el pasado, más que de ingresos ordinarios o ingresos salariales anuales”.

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Romney, que es multimillonario, se beneficia de un sistema impositivo que otorga ventajas a los grandes inversores. Como sus ingresos provienen de los beneficios que aun le otorga la empresa que dirigió hasta 1998, Bain Capital, y no de un salario fijo, paga, aproximadamente, los mismos impuestos que alguien que gana unos 38.000 euros al año. Aquellos que ganan 770.000 euros o más, como los Gingrich, tributan a un tipo del 26,6% o superior. En repetidas ocasiones, Romney se ha defendido de las críticas a su patrimonio y a su gestión empresarial calificándolos de “ataque al libre mercado”.

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