El secretario del Tesoro de EE UU viaja a Europa para urgir una acción decidida
Geithner se reunirá esta semana con Sarkozy, Monti, Rajoy y Draghi
Estados Unidos clama desde hace meses por una solución urgente de la crisis de la deuda soberana en Europa, por su efecto lastre en la recuperación. Muestra de esta preocupación, la Administración de Barack Obama manda hacia Europa a su hombre en el Tesoro, Timothy Geithner, único superviviente del equipo económico con el que el demócrata arrancó su mandato.
Será un viaje de tres días, que arranca en Alemania y que coincide con los últimos preparativos ante la cumbre europea del próximo jueves y viernes en Bruselas. En cinco escalas, Geithner se encontrará con el ministro de Finanzas alemán, el presidente francés, los responsables de los recién designados Gobiernos italiano y español, así como del Banco Central Europeo.
La última vez que Geithner estuvo en Europa fue a mediados de septiembre, tras ser invitado a participar en la reunión de ministros europeos de Finanzas en Polonia. El titular del Tesoro de EE UU, responsable de la política de cambio pero no de la emisión de dinero, dijo lo que tuvo que decir a sus colegas sobre la solución de la crisis de la deuda soberana y se marchó. La recepción no fue nada buena, entre otros motivos porque Wall Street se ve como el origen de la crisis. Y tanto el entonces presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, como el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, le recordaron que EE UU también tiene problemas en casa y que Washington debe actuar para restaurar la estabilidad.
Desde entonces, hubo cambios en algunos Gobiernos y en la autoridad monetaria europea. La primera escala de la gira será precisamente mañana Fráncfort, donde Timothy Geithner se encontrará con el recién estrenado Mario Draghi y con el presidente del Bundesbank (banco central alemán), Jens Weidmann. Por la tarde, viajará a Berlín para verse con Schäuble.
El miércoles parará en París, donde se encontrará con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su homólogo en el Ministerio de Finanzas, François Baroin. Antes de abandonar Francia, hará escala en Marsella para encontrarse con el presidente electo español, Mariano Rajoy, que se encuentra en la ciudad gala con motivo de la cumbre del Partido Popular Europeo.
La quinta y última escala será Milán, donde se entrevistará con el nuevo jefe del Gobierno italiano, Mario Monti. De ahí regresará a EE UU. La gran ausente en la agenda de encuentros es la canciller alemana, Angela Merkel. El Tesoro explica que el viaje es “para discutir con sus contrapartes sobre sus esfuerzos para reforzar las instituciones de la zona euro”. Por otra parte, el vicepresidente de EE UU, Joe Biden, ha aterrizado en Atenas para informarse sobre la gestión de la crisis y expresar el apoyo estadounidense.
Como dijo Geithner en días pasados, el reto es conseguir que Italia y España “puedan pedir prestado a un interés asequible” y presiona con el fin de que se den nuevos pasos que permitan levantar un cortafuegos para impedir que la crisis se contagie hacia EE UU y al resto de la economía global.
EE UU reconoce los progresos “graduales” que está haciendo Europa. Pero la percepción tanto en Washington como en Wall Street es que va lenta. Y así lo dijo Geithner hace dos semanas: “Deben encontrar la manera de lograr lo antes posible el mayor apoyo político sobre lo que deben hacer, para no ir continuamente detrás del mercado”.
El responsable del Tesoro opina que la experiencia adquirida al lidiar con la última recesión puede tener “algún valor” para sus socios europeos. Pero Geithner deja claro que este es un problema que Europa debe resolver sola, y que la solución dependerá “de las decisiones que tomen”.
Como Wall Street, defiende un papel más activo del BCE, como hizo la Reserva Federal. La Casa Blanca confía en que Europa hará “todo lo necesario” para que el euro no se parta.
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