Aung San Suu Kyi ve con esperanza el avance hacia la democracia de Myanmar
La líder opositora se reúne con Hillary Clinton, que le agradece su la lucha para la promoción de derechos y libertades
La Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ha puesto hoy fin a su histórica visita a Myanmar (antes conocido como Birmania) con un encuentro de trabajo con la líder opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, en el que se han comprometido a hacer todo lo posible juntas para llevar la democracia al país asiático, que, tras cinco décadas de gobierno militar, ha emprendido recientemente importantes reformas para salir del aislamiento.
Clinton ha agradecido a Suu Kyi su “inquebrantable y muy claro liderazgo” y la ha calificado de ejemplo y fuente de inspiración. La líder prodemocrática birmana fue liberada en noviembre pasado, tras haber estado 15 de los 21 años anteriores privada de libertad por su oposición a la dictadura de la los generales, que han dirigido el país con puño de hierro desde la asonada de 1962.
“Ha sido usted una inspiración, pero sé que siente que defiende a toda la gente de su país, que merece los mismos derechos y libertades que la gente en todas partes”, le ha dicho Clinton, informa Associated Press. “El pueblo ha sido valiente y fuerte ante grandes dificultades durante demasiados años. Queremos ver cómo este país ocupa el lugar que le corresponde en el mundo”.
Suu Kyi ha saludado la visita de Clinton –el más alto cargo estadounidense que viaja a Myanmar en medio siglo- y le ha agradecido tanto a ella como al presidente Barack Obama su “cuidado y calibrado” compromiso con el Gobierno birmano. “Estamos muy contentos con la forma en que Estados Unidos se ha comprometido con nosotros”, ha afirmado. “Con este compromiso, esperamos promover el proceso de democratización. Gracias a él, creo que el camino que tenemos delante será más claro y seremos capaces de confiar en que el proceso de democratización avance”.
Como hizo ayer en la capital, Naypyitaw, donde se reunió con el presidente de Myanmar, Thein Sein, Clinton ha asegurado que Estados Unidos solo ofrecerá más incentivos al país si las autoridades liberan a los más de 1.000 presos políticos que se estima que hay aún en las cárceles, ponen fin a las brutales campañas de represión sobre las minorías étnicas, respetan el gobierno de la ley y mejoran las condiciones de los derechos humanos.
Ninguna de las dos ha mencionado las sanciones estadounidenses sobre Myanmar, pero, en su encuentro de ayer con los líderes del país, la secretaria de Estado dejó entrever la posibilidad de que fueran levantadas si se producen avances definitivos en las reformas. El fin de las sanciones requeriría la aprobación del Congreso estadounidense, donde muchos legisladores han criticado a la Administración de Obama por recompensar demasiado rápido al nuevo Ejecutivo de Myanmar sin demasiadas evidencias de cambio.
Suu Kyi ha pedido también a las autoridades que liberen a los presos políticos, y ha asegurado que trabajará con el Gobierno –del cual forman parte algunos antiguos generales, como Thein Sein-, la oposición y países amigos, incluidos Estados Unidos y China; una mención esta última, que supone un guiño a Pekín, que ha mostrado su inquietud por el acercamiento entre Washington y Myanmar. “Si nos movemos juntos, tengo la confianza de que no habrá vuelta atrás en el camino hacia la democracia. Todavía no estamos en ese camino, pero esperamos llegar a él tan pronto como sea posible con la ayuda y la comprensión de nuestros amigos”, ha dicho.
El encuentro de Clinton y Suu Kyi –dos de las líderes mundiales más conocidas- se ha producido en la vivienda de la dirigente birmana, en Yangon (antigua capital del país asiático), donde pasó gran parte de los dos últimas décadas bajo arresto domiciliario. Tras su reunión con Thein Sein de ayer, Clinton anunció un modesto paquete de recompensas para mejorar las relaciones, incluido el apoyo de Washington a una mayor cooperación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional con el país asiático y el aumento de los programas de ayuda de Naciones Unidas.
La carismática líder birmana, cuyo partido -la Liga Nacional para la Democracia (LND)- ganó las elecciones de 1990, que fueron anuladas por los militares, se ha mostrado animada por el proceso de reformas en marcha y ha dicho que espera participar en las próximas elecciones parciales al Parlamento, el año que viene. Los comicios serán un buen termómetro para medir hasta qué punto el Gobierno civil que tomó el poder en marzo, y que está dominado por un partido cercano a los generales, está dispuesto a tolerar la oposición.
Durante mucho tiempo, Suu Kyi defendió una posición dura contra la Junta militar y apoyó las sanciones económicas; pero uno de los miembros de la delegación que acompaña a Clinton ha asegurado que la opositora ha pedido a Washington que dé tiempo a Thein Sein para cumplir el programa de reformas y ha respaldado los incentivos estadounidenses y el posible restablecimiento de relaciones diplomáticas completas. El acercamiento de Washington a Myanmar se enmarca en la táctica de Obama de reforzar la posición de Estados Unidos en Asia y compensar la creciente influencia económica, política y militar de China en la región.
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