Los islamistas ganan por primera vez las elecciones de Marruecos
El Partido Justicia y Desarrollo gana las elecciones legislativas y ofrece a tres formaciones laicas formar una coalición para dirigir el país
Los islamistas marroquíes ganaron con una mayoría relativa unas elecciones legislativas que han sido, probablemente, las más libres desde la independencia del país hace 55 años. El rey Mohamed VI nombrará, por primera vez, la semana próxima a un primer ministro barbudo del vencedor Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) porque así lo estipula la nueva Constitución.
El ministro del Interior, Taieb Charkaui, compareció el sábado, casi 18 horas después del cierre de los colegios, para proporcionar unos resultados parciales que arrojan una clara victoria del partido islamista. Hoy domingo se conocerán, por fin, los resultados definitivos.
Marruecos se suma así, a su manera, a la ola de cambios que atraviesa casi todo el mundo árabe y que empezó hace casi un año en Túnez. Hace un mes la elección de la Asamblea Constituyente tunecina arrojó también un triunfo islamista, el de Ennahda, que obtuvo el 41,5% de los sufragios.
El PJD logró 80 de los 288 escaños hasta ahora atribuidos
Voto rural
El éxito de sus correligionarios marroquíes ha sido más modesto porque el sistema electoral sobrepondera el voto rural y fragmenta el Parlamento. Los islamistas y los partidos históricos deben además competir con formaciones artificiales de notables, con escaso arraigo, pero con mucho dinero para sus campañas.
Aun así, el PJD logró 80 de los 288 escaños hasta ahora atribuidos (28,5% de los sufragios) situándose por delante de los nacionalistas del Istiqlal (45 escaños) y de dos de esas formaciones que solo emergen en vísperas electorales, el Reagrupamiento Nacional de los Independientes (RNI, 38 escaños), y el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM, 33 escaños) fundado en 2007 por un gran amigo del rey.
Quedan otros 107 escaños por repartir, hasta alcanzar los 395 del Parlamento, de los que 90 corresponden a la lista nacional de mujeres y jóvenes. La dirección del PJD da por descontado que obtendrá al menos 25 de los diputados de esta lista con lo que superará holgadamente los cien escaños en el hemiciclo.
Cambio histórico
“Hemos obtenido un resultado mejor de lo esperado”, declaró Abdelilá Benkiran, el secretario general del PJD, en la sede de su partido en la madrugada del sábado. “Se trata de un cambio histórico”, afirmaba entre vasos de té Mustafá Khalfi, coordinador del programa electoral islamista.
El PJD ganó holgadamente en todas las grandes ciudades del país y en la mayoría de los núcleos urbanos, sobre todo en el norte. En Tánger, por ejemplo, conquistó tres de los cinco escaños. Incluso en Anfa, el barrio más acomodado de Casablanca, los islamistas cosechan el 42% de los sufragios y lograron dos de los cuatro escaños de la circunscripción. Tras el anuncio de los resultados, caravanas de coches recorrieron el centro de Rabat y Casablanca tocando la bocina y sacando por las ventanillas banderas con una lámpara de aceite, el emblema del PJD.
Para gobernar el PJD necesita formar una coalición. Los lugartenientes de Benkiran habían mostrado su preferencia por los tres partidos históricos y laicos (Istiqlal, socialistas y ex comunistas), pero el líder islamista dejó caer que, si era necesario, se podría ir más allá y “concertarse con todos excepto con el PAM”, descrito por la prensa como el “partido del rey” porque lo fundó su amigo.
Alianzas
“Sí, sí”, contestó el actual primer ministro y líder del Istiqlal, Abbas el Fassi, cuando le preguntaron si aceptaría aliarse con los islamistas. Hasta el secretario general socialista, Abdelwahed Radi, reacio hasta hace poco a colaborar con el PJD, rectificó hoy: “Estamos abiertos a la concertación”, declaró.
El próximo primer ministro será el más poderoso de cuantos ha tenido Marruecos. La nueva Carta Magna ha supuesto un recorte de las atribuciones del monarca en beneficio del jefe del Gobierno que, por ejemplo, podrá ahora nombrar a todos los ministros excepto al de Asuntos Religiosos, que sigue dependiendo del rey.
Las legislativas del viernes suponen un doble revés para las actuales autoridades de Marruecos. No solo el dique anti islamista no ha resistido, sino que tan solo el 45% de los 13,5 millones de electores inscritos han acudido a las urnas pese a que fueron las primeras elecciones tras la aprobación de la Constitución. La participación sigue siendo baja, pero es algo más elevada que en 2007, cuando alcanzó el 37%.
Participación
En realidad, tan solo uno de cada cuatro marroquíes en edad de votar depositó una papeleta de las que un 10% fueron nulas o en blanco. En Marruecos hay aproximadamente ocho millones de ciudadanos mayores de 18 años que no están inscritos en las listas electorales, por negligencia o por rechazo al sistema, y en el extranjero hay otros tres millones de emigrantes adultos que, en la práctica, no puede votar en las legislativas aunque sí pudieron hacerlo en el referéndum constitucional.
Los observadores electorales de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa lamentaron, en un comunicado, la no inscripción como electores de millones de ciudadanos y el procedimiento establecido para que voten los emigrantes que dificulta su participación.
Una parte de la abstención es achacable a los llamamientos al boicoteo de las urnas que hizo el Movimiento del 20 de Febrero. Compuesto por jóvenes estudiantes, tres pequeños partidos de izquierdas y la gran asociación islamista Justicia y Espiritualidad, convoca desde hace diez meses manifestaciones en pro de la democratización del país.
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