La violencia tras las elecciones causa seis muertos en Nicaragua
Seguidores del FLN revientan las protestas en Managua por el resultado de los comicios La oposición pide a sus simpatizantes “mantener una resistencia pacífica”
Cada tarde desde el pasado domingo, cuando se celebraron las elecciones presidenciales en Nicaragua, grupos de jóvenes y simpatizantes de la oposición a Daniel Ortega organizan pequeñas manifestaciones en puntos estratégicos de la capital, Managua. Protestan por lo que consideran un fraude electoral y exigiendo nuevas elecciones. Las protestas han terminado en choques con los seguidores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En el interior del país, los enfrentamientos han dejado ya seis muertos y docenas de detenidos. La oposición llama a una “resistencia pacífica”, mientras que Ortega, que arrasó en las presidenciales, ha pedido a los opositores que acepten su derrota y “trabajen por Nicaragua”.
Los enfrentamientos más cruentos se han dado en la pequeñísima comunidad de El Carrizo, en el departamento de Madriz, en el norte de Nicaragua. Esta región es conocida como el corredor de la contra, en referencia a la guerrilla derechista financiada por EE UU que combatió al primer gobierno sandinista de los ochenta. En ese poblado perdido en la zona montañosa nicaragüense, los enfrentamientos entre simpatizantes del candidato liberal Fabio Gadea, quien logró el segundo lugar en las presidenciales, y de Ortega, dejaron cinco muertos, aunque la Policía Nacional reconoce hasta ahora tres. Otras fuentes afirman que las personas fallecidas son todas miembros de una sola familia: tres fueron asesinados en la trifulca, y otros dos en un centro asistencial en Somoto, hasta donde fueron trasladados con heridas graves.
Fuertes protestas también se han registrado en la región Caribe del país, principalmente en el municipio de Siuna, donde resultó muerto un militante del FSLN en la zona, Donald Martínez, de 34 años, secretario político del Frente Sandinista en la región. La Policía Nacional confirmó la muerte de Martínez, afirmando que murió a manos de simpatizantes de la oposición que lo atacaron cuando huían de los oficiales antidisturbios.
Miembros del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) se trasladaron este miércoles hasta El Carrizo para conocer en detalle los hechos violentos ocurridos en esa región. Gonzalo Carrión, activista del Cenidh, calificó de “sumamente graves” los disturbios y ha demandado a la Policía Nacional que abre una investigación para esclarecer el caso.
Fernando Borge, jefe de Comunicación de la Policía Nacional, dijo el miércoles en una rueda de prensa desde Managua que los enfrentamientos han dejado a 46 oficiales heridos, 6 de ellos de gravedad, supuestamente por disparos de “armas de guerra”. Organizaciones independientes que analizan el tema de la violencia y la seguridad en este país, han afirmado que en Nicaragua hay 385 mil armas en manos de civiles, muchas de ellas remanentes de la guerra civil de los ochenta.
Las elecciones del domingo han sido denunciadas como fraudulentas por la oposición. Hasta ahora, ninguno de los candidatos opositores ha reconocido el triunfo de Ortega, algo inédito desde la llegada de la democracia electoral en 1990. Organizaciones civiles han llamado a los ciudadanos a desconocer los resultados electorales, asegurando que el proceso estuvo plagado de anomalías. Los observadores electorales internacionales, si bien no ponen en entredicho el triunfo de Ortega, han afirmado que el Tribunal Electoral falló en la administración del proceso, que califican de poco transparente. Parlamentarios europeos que observaron las elecciones nicaragüenses señalaron a los magistrados que conforman el Tribunal Electoral de parcializados y de imponer “trampas” y “zancadillas” contra la oposición. Por su parte, la empresa privada, a través de la principal cámara empresarial del país, el Cosep, ha pedido a las autoridades electorales que cuenten de nuevo los resultados en las más de 12 mesas electorales del todo el país para esclarecer si la victoria de Ortega fue transparente.
Fabio Gadea Mantilla, el candidato de 80 años que obtuvo el segundo lugar en la contienda, llamó este miércoles a sus simpatizantes a mantener una “resistencia pacífica”, según un mensaje que leyó en los cuarteles electorales de su alianza PLI-UNE, localizados cerca del centro de Managua.
“Los resultados presentados por el CSE son la manifestación de un monstruoso fraude a la voluntad popular. En ese contexto son entendibles las manifestaciones de indignación, frustración y protesta de los nicaragüenses”, dijo Gadea. “Pedimos al Gobierno que respete la voluntad popular y pedimos a los nicaragüenses que sientan vulnerados sus derechos, a expresarse pacíficamente en sus respectivas comunidades como señal de repudio al fraude electoral perpetrado por el CSE”, agregó el político opositor, quien obtuve el 31.13% de los votos.
El presidente Ortega habló el miércoles haciendo un llamado a la paz y exigiendo a los candidatos opositores a que reconozcan su derrota, en un mensaje por cadena nacional. Ortega pidió superar los resultados electorales y “trabajar por Nicaragua”.
Al caer la noche del miércoles, los enfrentamientos continuaban en varias regiones del país y en la capital, Managua, donde seguidores del FSLN atacaban con bombas caceras y piedras a jóvenes y opositores que reclamaban el recuento de votos o nuevas elecciones. Para el periodista Carlos F. Chamorro, editor del semanario Confidencial, estas protestas marcan un antes y un después en la vida política de este pequeño país. “Miles de ciudadanos que se movilizaron de forma voluntaria han testimoniado de forma espontánea sobre el atropello perpetrado por la maquinaria oficial, y a la postre ésta ha sido una de las virtudes del 6-11 (por el día de las elecciones), incentivar esta corriente crítica que en medio de la frustración se ha convertido en una gran escuela de concientización política”, escribió Chamorro.
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