"Nuestros políticos se han forrado"
La crisis financiera y su gestión por parte de la clase dirigente fomentan la ira de los griegos hacia los políticos del país heleno
Nikos Georgas debe ser el único griego en Atenas que hoy, domingo 6 de noviembre, cree que en su país no hay batalla política alguna. Detrás del mostrador de su negocio —una tienda de joyas, bisutería, objetos religiosos y algún que otro adorno imposible—da su versión de lo que pasa. "Solo se pelean de cara a la galería, a puerta cerrada están de acuerdo en todo, o al menos en lo importante, hacerse ricos", clama este tipo robusto, de 58 años, para quien Nueva Democracia, el partido de centro derecha, el socialista PASOK y el Partido Comunista "son lo mismo". "En los últimos años se han forrado, tienen mucho en común", dice cargado de ironía amarga.
En el laberinto de calles de la Plaka, el sol cae a plomo y los turistas se mezclan con los atenienses. La diferencia entre unos y otros es que los segundos se encuentran este domingo en una suerte de limbo sin gobierno. Los partidos griegos intentan sin mucho éxito llegar a un acuerdo para formar una coalición que apruebe el rescate financiero del país y evite la bancarrota. Si fuera por Artemis Maria, una treintañera en paro que calleja cerca de la iglesia, Grecia se dejaría caer y retrasaría el reloj a 2001.
“Si por mí fuera, volvería a la dracma, sería malo durante un año, pero luego tiraríamos adelante”, sostiene. Diseñadora gráfica, su empresa se quedó sin dinero para pagarle hace seis y meses. "Y la gente ahora solo tiene trabajos de 700 u 800 euros. ¿Qué facturas se pagan con eso?".
Los griegos no confían en su política y tampoco en la de sus vecinos europeos. Llevan dos años en el ojo del huracán. Pero algo ha cambiado, el foco de la culpa ha viajado ahora a la clase política. Lo definía muy bien Nick Malkoutzis hoy en el diario griego Ekathimerini: “Hasta hace poco, la gente en el extranjero culpaba de la crisis a los griegos vagos, los griegos corruptos, que no pagaban impuestos y se jubilaban a los 50 años". Pero ahora, prosigue, "la gente ha visto que el origen del problema está en quienes toman esas decisiones".
La crisis está poniendo a prueba muchas costuras en Grecia. Los ingresos de muchos han caído en picado y John Papageorgiou, un joven funcionario del Ayuntamiento de Atenas, no quiere imaginar una suspensión de pagos de Grecia como la que sufrió Argentina hace 10 años, porque teme más recortes sociales.
El Gobierno ha reducido su sueldo, dice, en más de un 30%. "Lo que yo no sé es qué quieren los políticos. No lo entiendo", se desespera. "Este es un gran país, hemos superado cosas mucho peores que estas, guerras, dictaduras, desastres... Esto no puede ser tan duro".
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