Los indignados de Nueva York recaudan 300.000 dólares
El 67% de los neoyorquinos simpatiza con las peticiones del movimiento, según una encuesta
Cuando se cumple un mes del nacimiento en Nueva York del movimiento Ocupa Wall Street, de protesta contra la desigualdad de recursos, sus integrantes siguen evitando detallar un ideario y unas peticiones concretas a la clase política. De momento, han mostrado su fuerza recaudando unos 300.000 dólares (218.000 euros) en donaciones a través de su página web y en persona, en la plaza que han ocupado, en plena zona financiera de Wall Street. Además, cuentan con numerosas provisiones que les han sido donadas, como alimentos y material de acampada, y que se hallan almacenadas en un edificio privado que les ha cedido un sindicato de profesores.
En una encuesta publicada el lunes, un 67% de neoyorquinos dijo simpatizar con las peticiones de los ocupantes. Una cifra mayor, el 87%, asegura que el gobierno local debería permitirles que sigan acampados en el corazón financiero de Manhattan, siempre que cumplan la ley. Esos encuestados se declaran mayoritariamente a favor de regulaciones gubernamentales más estrictas en el sector financiero a nivel nacional. Aunque los concentrados se definen como apolíticos, los demócratas son los que les apoyan mayoritariamente, en un 81%. Sólo un 35% de republicanos simpatiza con ellos. El sondeo lo realizó la universidad de Quinnipiac entre 1.068 votantes de Nueva York.
El sábado el movimiento protagonizó una de sus mayores demostraciones de fuerza al reunir a unas 10.000 personas, según un recuento de los medios de comunicación locales (los organizadores aumentaron la cifra hasta los 50.000) en la icónica plaza de Times Square, donde los agentes arrestaron a unos 40 manifestantes por saltarse el perímetro policial. El total de arrestos en Nueva York durante la jornada de protesta fue de 70. Las concentraciones se extendieron por todo el país, desde Florida a Chicago, una ciudad donde hubo 175 detenciones.
Los 300.000 dólares que atesora Ocupa Wall Street se hallan depositados en el banco Amalgamated, una institución que es propiedad al 100% del sindicato Workers United/SEIU. Además, en los desvanes cedidos por el sindicato educativo United Federation of Teachers tienen todo tipo de material: sábanas, sacos de dormir, comida en lata, botellas de agua, botiquines y hasta gafas protectoras contra los químicos con los que les ha llegado a rociar la policía en algunos enfrentamientos. Según los organizadores, los simpatizantes les entregan unas 300 cajas de material al día.
El 17 de septiembre, tras una concentración de unas dos mil personas en Wall Street, 150 de ellas se quedaron espontáneamente en la plaza de Zucotti, una propiedad privada que se halla a una manzana de la Zona Cero. Acamparon allí y allí siguen, en una gran explanada de tiendas de campaña y sacos de dormir, donde conviven exhibiendo todo tipo de carteles y símbolos: el Ché Guevara convive con el portal de revelación de secretos Wikileaks, acompañados de banderas pacifistas y caricaturas de banqueros y del tío Sam, la personificación del patriotismo norteamericano.
Entre los carteles que exhiben -“aquí apoyamos el renacimiento de la democracia”, “arrestad a los banqueros”, “nosotros ocupamos”, “limpiad la basura de Wall Street”, “cuando se te acabe el crédito acamparás con nosotros”, “tienes el derecho de ser feliz”, “acabad con el racismo”, “no a la guerra”-, lucen, sobre todo, el que es su ya principal lema: “nosotros somos el 99%”, en referencia a la idea de que el 1% de la población de EE UU controla casi el 25% de recursos totales. De momento, Nueva York es el bastión de estos ocupantes, dado que el seguimiento en otras ciudades ha sido modesto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.