La policía disuelve una protesta de salafistas en Túnez
Unas 10.000 personas se dirigían a la oficina del primer ministro para reclamar la imposición de la ley islámica
La Policía tunecina ha empleado hoy gases lacrimógenos para intentar disolver una protesta de unos 10.000 islamistas, algunos de los cuales intentaron abrirse camino hasta la oficina del primer ministro interino en el centro de la capital, según informa un reportero de Reuters sobre el lugar de los hechos. Los manifestantes, que coreaban "Allahu Akbar" (Dios es el más grande) y reclamaban la imposición de la sharia en Túnez, respondieron lanzando piedras contra la Policía.
Túnez, el lugar donde nació la primavera árabe, votará la próxima semana en una elección histórica que corre el riesgo de ser eclipsada por las crecientes tensiones entre los islamistas y laicos.
Los congregados, que tuvieron que ser dispersados con gases lacrimógenos, protestaban por la reciente emisión en la televisión local Nesma de la película "Persépolis", basada en la novela gráfica del mismo nombre de la dibujante iraní Marjane Satrapí.
Un segundo grupo de salafistas intentó dirigirse a la sede del referido canal, que emitió hace una semana este largometraje que narra en clave autobiográfica y desde la crítica laica la creación del Estado islámico de Irán tras la revolución de 1979.
Desde la difusión de la cinta han aparecido numerosas amenazas en Internet contra la referida cadena, cuya sede decenas de rigoristas islámicos ya trataron de asaltar el pasado domingo.
Ambos grupos formaban parte de una manifestación mayor, en la que participaron unas 3.000 personas, y que comenzó a la una de la tarde, tras la oración del mediodía, sin el respaldo del partido An Nahda, principal formación islamista moderada de Túnez, que se desligó de la misma a través de su página web.
Los manifestantes, convocados a través de las redes sociales, partieron de la mezquita Al Fath y en su mayoría se disolvieron de manera pacífica al llegar a Bab Suika, zona situada en el centro de la ciudad.
En la marcha, en la que se gritaron alabanzas a Alá y se pidió una segunda revolución, se podían ver pancartas del grupo de tendencia salafista Hizb al Tahrir.
Esta no es la primera vez que la corriente islámica reacciona violentamente en el país ante lo que considera una ofensa contra sus creencias.
El pasado 26 de junio, un grupo de salafistas asaltaron un cine situado en el centro de la capital en protesta por la proyecciónde la película "Ni Dios, ni amo", de la cineasta tunecina Nadia el Fani,a la que los radicales islámicos han amenazado por sus posiciones laicas.
El incremento de la actividad de los salafistas, liberados tras la revolución que a principios del presente año hizo caer la dictadura del presidente Ben Ali, es observada con temor por los movimientos laicos tunecinos.
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