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PERFIL

Royal, clara y entregada

Derrotada por Sarkozy en 2007, asegura que está mejor que nunca Proclama que es la candidata "más peligrosa" para el Elíseo Acusa a Hollande, su expareja, de ser un "notable" que acumula cargos

Segolene Royal, one of France's Socialist Party presidential primary candidates, speaks at a political rally in Paris, October 6, 2011.  REUTERS/Gonzalo Fuentes   (FRANCE - Tags: POLITICS ELECTIONS)
Segolene Royal, one of France's Socialist Party presidential primary candidates, speaks at a political rally in Paris, October 6, 2011. REUTERS/Gonzalo Fuentes (FRANCE - Tags: POLITICS ELECTIONS)GONZALO FUENTES (Reuters)

“El Elíseo me considera la candidata más peligrosa”. Palabra de Ségolène Royal. Segura de sí misma, la superviviente de la derrota en las presidenciales de 2007 sigue en la lucha y esta vez sin complejos, aunque las encuestas le dan un pobre tercer puesto. La última candidata socialista, que obtuvo 17 millones de votos hace cuatro años, asegura que ha “trabajado muy duro” desde aquello y que ya no es la que era, que hoy es mejor que entonces.

A los 58 años, la elegante y sonriente Royal mantiene vivo el fuego dialéctico y parece más curtida que sus compañeros en el uso de los medios y la recogida directa de apoyos en la calle. Durante la campaña ha insistido una vez más en sus feudos preferidos, las banlieue (los suburbios de las ciudades) y los pueblos. Sus camaradas, por ejemplo su ex pareja Hollande, temen su verbo inflamado y envidian su conexión con las clases populares. Ella reniega de los mandatarios que cubren sus carencias controlando el aparato, y ha acusado a su ex pareja de ser un “notable”; como ella, admite, “solo que yo no acumulo cargos públicos”.

Tras un inicio demasiado populista y poco afortunado -propuso un "Contrato con los franceses" en el primer debate, a la manera en que Silvio Berlusconi entró en política en 1994-, Royal ha ido de menos a más, y aunque los sondeos no parecen reflejar movimientos a su favor, está convencida de que pasará al segundo turno.

Autora de proclamas estupendas casi involuntarias --“los bancos deberían obedecer en lugar de mandar”-, la presidenta de la región de Poitou-Charentes ha aportado ideas propias al programa de los socialistas, que interesan tanto a los ecologistas urbanos como en la provincia agrícola. El crecimiento verde, el acento sobre la seguridad ciudadana, su visión de la nación y su atención preferente a las pymes figuran en el ideario de la Rue Solferino gracias a ella. Como la idea de prohibir los despidos bolsistas (de empresas con beneficios que buscan así subir el precio de la acción), la retirada de las subvenciones a las compañías que despidan trabajadores, y la creación de una banca pública para las pymes. “Son los otros quienes han cambiado”, ha dicho. “Yo me mantengo en la coherencia”.

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