Un paro general agudiza la crisis en Chile
La huelga de 48 horas exige reformas de calado y apoya la rebelión estudiantil
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el mayor sindicato del país, ha logrado hoy alterar la vida de los chilenos, sobre todo los servicios del sector público y las universidades y colegios, durante el primero de los dos días de paro nacional a los que convocó para exigir al Gobierno una nueva Constitución, modelo económico y código del trabajo y en apoyo a las movilizaciones estudiantiles.
Durante el día ha habido numerosas escaramuzas aisladas, en especial en las grandes ciudades, entre manifestantes que marchaban y querían cortar el tránsito y la policía militarizada que los reprimía.
Con el lema Chile debe ser distinto, unas 80 organizaciones sociales y los partidos de oposición, del centro-izquierda y comunistas, se adhirieron al desafío sindical contra el primer Gobierno electo de derecha que tiene Chile desde hace más de 60 años.
Las demandas de la CUT buscan desmoronar el modelo político y económico erigido en la dictadura de Pinochet (1973-1990), que ha permitido el crecimiento económico y estabilidad pero mantuvo las diferencias entre ricos y pobres y tiene poco margen para reformas. Las demandas pretenden también situar al movimiento sindical al frente de movilizaciones sociales que partieron con los estudiantes hace tres meses y han logrado acorralar al presidente Sebastián Piñera, cuya popularidad se ha derrumbado.
Las evaluaciones de la jornada fueron discrepantes. La Moneda sostuvo que el día fue "normal", en el que hubo incidentes menores, y señaló que solo el 5% de los empleados públicos paró. La organización patronal informó de que el ausentismo de los trabajadores en el sector privado fue inferior al 1%, coincidiendo con la imagen de normalidad que difundió el Gobierno.
Piñera criticó que "la intención (del paro nacional) fue causarle daño a Chile" y afirmó que "una cosa es una marcha y otra intentar paralizar el país". El presidente sostuvo que los problemas se generaron durante los Gobiernos anteriores y pidió a los partidos de la oposición que ahora ayuden "a solucionarlos" y no a "agravarlos".
Para el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, el socialista Arturo Martínez, con movilizaciones de distintas formas la convocatoria ha logrado en su primer día que "el país conozca que la CUT está reclamando derechos políticos y sociales para el pueblo". Calificó de exitosa la movilización porque consiguió que el día no fuera de normalidad. Los trabajadores públicos sostuvieron que la adhesión llegó al 80% en las oficinas y servicios estatales.
La jornada fue como un día de protesta más que de paralización, con un movimiento sindical debilitado desde la dictadura y una tasa de afiliación en torno al 10% de la fuerza de trabajo.
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