La tensión social provoca riesgo de desabastecimiento de petróleo en Argentina
Dos sectores del sindicato de trabajadores de Santa Cruz luchan por el control del gremio y llevan 24 días de huelga
La provincia de Santa Cruz, que aporta el 20% de la producción nacional de petróleo, atraviesa momentos de fuerte tensión debido a una dura pelea interna entre dos sectores del sindicato de trabajadores que luchan a las bravas por el control del gremio y que llevan 24 días de huelga, con el consiguiente riesgo de desabastecimiento del mercado. El paro afecta fundamentalmente a los pozos del norte de la provincia, donde operan Repsol-YPF y Pan American Energy (de capital argentino y chino), y ha provocado la reacción de los tribunales, del ministro de Trabajo y de los dirigentes del sindicato a nivel nacional, que intentan, sin aparente éxito por el momento, retomar el control del gremio en la provincia.
Las riñas internas por el poder dentro de los sindicatos argentinos son frecuentes y no siempre se dirimen en asambleas o votaciones, sino que derivan en ocasiones en encontronazos en plena calle, a veces a palos y a veces a tiro limpio. El sector del petróleo, con unos sueldos altos y manejo de mucho dinero, viene siendo uno de los más conflictivos. Hace dos años otro conflicto sindical, por el control del yacimiento de El Corcovo, en la provincia de La Pampa, terminó con un muerto y decenas de heridos.
En esta ocasión, la batalla se ha desatado en los importantes yacimientos de Santa Cruz, la provincia originaria de Néstor Kirchner, con 272.000 habitantes y una enorme superficie equivalente casi a la mitad de España. La pelea comenzó el primero de abril cuando el jefe del sindicato provincial, Héctor Segovia, firmó un convenio para el sector, en el que se aceptaba una subida salarial del 23%, dividido en cinco cuotas. La inflación en Argentina, que oficialmente no supera el 11%, se sitúa, según muchas consultoras privadas, en torno a un 25-30% real.
Un sector del sindicato, encabezado por el número dos, se negó a aceptar el acuerdo y exigió la dimisión de Segovia con una huelga que paralizó buena parte de la producción de crudo. Primero intervinieron los tribunales de Justicia, que suspendieron a la comisión directiva. Después, el ministerio de Trabajo, que nombró un interventor provisional, y finalmente, la propia Federación de Petróleo y Gas, el sindicato nacional, que envió su propio interventor. Ninguno ha conseguido por el momento desactivar el conflicto, cada día más enconado y feroz. Un grupo de trabajadores, cercano a Segovia, tomó las tres sedes del sindicato y anunció que se resistirán "con palos y lo que haga falta". "Vamos a pelear hasta lo ultimo", afirmó en una emisora de radio local uno de los dirigentes gremiales próximos a Segovia, que se niega en redondo a aceptar la intervención de "su" sindicato.
La "guerra petrolera" amenaza con afectar al gobernador de la provincia, el kirchnerista, Daniel Peralta, y, sobre todo, con reducir el suministro de combustible en algunas zonas el país. El ministro de Planificación, Julio de Vido, ha asegurado que "no hay ninguna razón para que no haya combustible", porque los demás yacimientos, en otras provincias, cubren el faltante, pero no ocultó tampoco su preocupación "si (en Santa Cruz) hay medidas impensadas".
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