Condenado el primer integrante del escuadrón de la muerte de Afganistán
Uno de los cinco soldados estadounidenses que asesinó a tres civiles y se fotografió con los cadáveres se declara culpable y testifica contra los otros miembros
Un grupo de cinco soldados de la Quinta Brigada de Asalto de la Segunda División de Infantería, de entre 19 y 29 años, liderados por el sargento Calvin Gibbs, formó, por su cuenta, un escuadrón de la muerte que asesinó a tres civiles inocentes en Afganistán. Luego esos soldados se tomaron fotos con los cadáveres, como si fueran trofeos, y manipularon con rifles y granadas las escenas del crimen para que pareciera que las víctimas habían fallecido en combate. Así lo ha denunciado uno de los integrantes de ese escuadrón, el soldado Jeremy Morlock, de 22 años, nacido en Wasilla, Alaska, que ha llegado a un acuerdo con los fiscales para declararse culpable de tres cargos de homicidio y para testificar contra los otros miembros. Según dijo en la corte marcial ante la que testificó, el miércoles, antes de recibir condena: "El objetivo era matar".
El juez condenó a Morlock a 24 años de cárcel, aunque dejó claro que le hubiera gustado aplicarle la cadena perpetua, dada la gravedad de esos asesinatos de civiles. "Me lo impide el acuerdo al que ha llegado con los fiscales", dijo el magistrado, coronel Kwasi Hawks, en el juzgado militar del Estado de Washington donde se celebra la corte marcial, según informa Associated Press. En las próximas semanas se juzgará a los otros cuatro integrantes de ese escuadrón de la muerte. Esta semana, la revista alemana Der Spiegel publicó tres fotos: dos en que se ve a dos soldados -Morlock es uno de ellos- posando con el cuerpo de un civil y una tercera donde se ve a dos víctimas colocadas frente a un tanque, como si fueran trofeos de caza.
Los asesinatos ocurrieron entre los veranos de 2009 y 2010 en el sur de la provincia de Kandahar, cerca de la base militar norteamericana de Ramrod. Ahora Morlock es el principal testigo de la acusación. Ha revelado que algunos de los soldados actuaban bajo los efectos del hachís y que tenían como objetivo cazar a afganos. "Todo el mundo lo sabía", dijo Morlock en la corte marcial. "¿Todo el mundo sabía que mataban a personas inocentes?", le preguntó un fiscal. "Sí, señor". También detalló cómo el escuadrón le había propinado una paliza a otro soldado que había amenazado con denunciar el abuso del hachís.
La defensa de Morlock aprovechó para llamar a testificar a un sociólogo, Stjepan Mestrovic, quien explicó que el comportamiento del escuadrón de la muerte de Kandahar contaba con el beneplácito tácito del mando de la brigada. Según dijo el sociólogo, el comandante al mando, Harry Tunnell, creó un ambiente "disfuncional" entre las tropas, que facilitó los asesinatos. Durante las investigaciones del Ejército de Tierra, Tunnel fue apartado de sus responsabilidades. No ha hablado del incidente desde entonces y no se ha presentado cargo alguno en su contra.
El Ejército temía que las fotos que los soldados se tomaron junto a sus víctimas tuvieran un efecto similar al de las imágenes de las torturas en la cárcel iraquí de Abu Ghraib en 2004 y por eso se incautó de ellas. El juzgado que investiga el suceso prohibió su diseminación, aunque Der Spiegel consiguió tres de esas instantáneas.
Según la fiscalía militar, los soldados asesinaron al afgano Gul Mudin en enero de 2010, con el uso de rifles y granadas. El 22 de febrero abatieron a tiros a otro civil, Marach Agha. Pasados más de dos meses, el dos de mayo, volvieron a la carga y mataron a Mullah Adahdad con el uso, de nuevo, de rifles y granadas. El resto de acusados -Andrew Holmes, de 19 años; Michael Wagnon, de 29, Adam Winfield, de 21, y el sargento Calvin Gibbs, de 25- están en prisión preventiva en la base Lewis-McChord del Estado de Washington. A todos se les ha acusado de asesinato, un crimen cuya pena máxima es la de muerte, según el código militar, aunque ese supuesto no se aplica desde 1961.
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