El kirchnerismo no se resigna a la derrota en la provincia de Chubut

La batalla política que derivará en las elecciones presidenciales argentinas del próximo octubre ha comenzado con sorpresas y denuncias de fraude. El primer escarceo fue hace una semana en los comicios a gobernador de la provincia norteña de Catamarca, donde el peronismo kirchnerista le arrebató el poder al radicalismo. El segundo, el pasado domingo en la sureña Chubut, arrojó un resultado incierto. El Gobierno chubutense, en manos del peronismo disidente, proclamó la victoria de su candidato por apenas 1.500 votos (el 0,7%) sobre el aspirante kirchnerista, que denunció fraude, pidió un recuento sufragio por sufragio y no descartó recurrir a los tribunales.

Si bien estas elecciones ocurrieron en provincias de poco peso en el padrón electoral argentino (Catamarca tiene 367.000 habitantes y Chubut 506.000, sobre un total de 40 millones), arrojan los primeros indicios del ánimo electoral de los ciudadanos. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aún no ha declarado públicamente que buscará la reelección, pero en sus filas no dejan de impulsarla y ella misma está involucrándose en cada elección provincial. Viajó a Catamarca y Chubut antes de los comicios para respaldar a los candidatos de su Frente para la Victoria, confiada en la recuperación de la popularidad que experimentó a partir de que Argentina saliera de la crisis en 2010. La muerte de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, también la fortaleció.

Para el kirchnerismo, la elección de Chubut suponía una oportunidad para dejar fuera de batalla a uno de los precandidatos presidenciales del Peronismo Federal (disidente), Mario Das Neves, que gobierna el distrito desde 2003. Das Neves había apoyado a los Kirchner hasta 2009, cuando se pasó a la oposición. Das Neves había dicho que si su candidato, Martín Buzzi, perdía las elecciones del domingo, se retiraba de la política. Buzzi se adjudicó el triunfo con el 37,8% de los votos, frente al 37,1% de Carlos Eliceche, un político que también se distanció del kirchnerismo hace dos años, pero que ha vuelto al redil.

Chubut es rica en petróleo, atrae a turistas con sus ballenas en la Península Valdez y tiene uno de los índices de pobreza más bajos de Argentina (4,4% en la ciudad de Comodoro Rivadavia y 7,2% en las de Rawson y Trelew, frente al 12% nacional y al 20,9% de Catamarca, según cifras del Gobierno federal).

Las encuestas vaticinaban un empate en los comicios. Los primeros datos oficiales daban una victoria al kirchnerista Eliceche por dos puntos de ventaja, pero esa brecha se redujo hasta dar la vuelta y a la una de la madrugada de ayer Das Neves compareció ante la prensa para proclamar el triunfo de Buzzi. Eliceche habló al mismo tiempo para reclamar un nuevo recuento de votos ante los numerosos casos de sufragios impugnados (500) y anulados (3.000) por las autoridades de los centros de votación. Al día siguiente, el jefe del Gabinete presidencial, Aníbal Fernández, pidió que el resultado anunciado el domingo fuera revisado. "Estamos convencidos de que ganamos. Pareciera que el apotegma de Das Neves es: antes de perder por poco, ganar con trampa", dijo Fernández, antes de que, en una nueva conferencia de prensa, Eliceche denunció "fraude" y reclamara que se esperara al recuento final de los votos, un proceso que tardará dos semanas. Solo después de ese periodo podrá litigar ante la justicia el candidato kirchnerista.

Das Neves respondió que el Gobierno nacional envió a Eliceche a "ensuciar" el resultado y proclamó la derrota de los kirchneristas en su provincia, "les guste o no". Sin embargo, la exigua y polémica victoria del delfín del gobernador daña sus ya de por sí bajas aspiraciones a llegar a la Casa Rosada (sede del Gobierno argentino).