Argelia gana peso como puerta de entrada de las drogas en España y Europa
EE UU sospecha que los traficantes argelinos tienen vínculos con Al Qaeda
Argelia sirve como un punto de tránsito para el tráfico de drogas (cannabis procedente de Marruecos y cada vez más cocaína y heroína de Sudamérica) hacia Europa. Es la principal conclusión que se extrae de un cable confidencial remitido en diciembre de 2009 por la embajada de EE UU en Argelia al Departamento de Estado. El documento, filtrado por Wikileaks y al que EL PAÍS ha tenido acceso, señala que las fronteras argelinas -"largas, remotas y de difícil control"- facilitan el comercio de droga y la posibilidad de los terroristas argelinos de beneficiarse de ello.
La mayor parte de las sustancias ilegales entran en Argelia a través de Marruecos y salen por las ciudades costeras del norte, a menudo en botes privados. Esta traslación del eje del tráfico de drogas en el Magreb se produce como respuesta a las medidas que el Gobierno español ha puesto en marcha en los últimos cinco años para frenar el contrabando en Marruecos, señalan los diplomáticos estadounidenses.
La embajada de EE UU constata un rápido aumento del tráfico de drogas duras procedentes de Sudamérica que entran en África occidental, de allí pasan a Argelia para entrar ya directamente en Europa. La cocaína y heroína de Colombia, Bolivia o Brasil es transportada en jets privados a Mauritania, Senegal o Burkina Fasso. Una de las ventajas que los contrabandistas encuentran en Argelia es que la policía tiene problemas para controlar la "larga y porosa" frontera argelina. Las ciudades y puertos de Bechar, Oran, Argel, Bejaia, Setif y Annaba sirven como centros del tráfico de drogas. Una vez en Argelia, pasan a los países del sur de Europa o a otros países árabes como Túnez, Libia, Egipto o Líbano.
El cable asegura que las drogas son tan solo una pequeña parte del tráfico de mercancías y personas que se da en Argelia: vehículos, cigarrillos, armas, municiones y combustible, además de seres humanos.
Los oficiales argelinos con los que contactó la embajada sospechan de que la rama de Al-Qaeda en el Magreb ejerce en el sur del país, cerca de las fronteras con Mali y Mauritania, una fuerte influencia en el tráfico de drogas y que está vinculada con bandas de criminales locales. Las mismas fuentes apuntan que estas actividades sirven para financiar actividades terroristas y compra de armas. La embajada de EE UU narra cómo los responsables del Gobierno argelino les cuentan que los líderes terroristas usan drogas duras para el adoctrinamiento religioso y que a menudo las distribuyen entre sus nuevos miembros, a veces sin su consentimiento, para convencerles de que lleven a cabo ataques violentos.
Un aspecto positivo, según el análisis de la embajada, es el escaso nivel de corrupción que afecta a la policía, al ejército y a los funcionarios de aduanas en relación con el tráfico de drogas. "Actualmente no hay ninguna evidencia directa de la participación de altos funcionarios de los órganos de seguridad del Estado, del Ejecutivo o del poder judicial en el tráfico de drogas", señala el cable fechado el 2 de diciembre de 2009.
Estos documentos se unen a los que ya publicó EL PAÍS, en los que se informaba de las críticas del Gobierno marroquí, que señala a Ceuta, Melilla y las islas Canarias como puntos de destino del narcotráfico que circula por Marruecos.
En este cable secreto del 30 de octubre de 2009 se señalaba además que, pese a los esfuerzos del Gobierno marroquí por erradicar el cultivo de cannabis, continúa siendo el mayor productor de esta sustancia. Funcionaros del reino alauí sospechan que las rutas del tráfico de drogas y de personas podrían ser usadas con fines terroristas, "aunque han sido incapaces de aportar pruebas de que esto esté ocurriendo", añaden los diplomáticos de EE UU.
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