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El presidente de Israel expresa su apoyo a Mubarak

El Gobierno de Tel Aviv presiona a sus aliados para que no critiquen al régimen egipcio

El presidente de Israel, Simón Peres, ha manifestado hoy su apoyo explícito a Hosni Mubarak, al expresar su posición sobre la revuelta egipcia. "Siempre hemos tenido y tenemos gran respeto por el presidente Mubarak. No decimos que todo lo que haga sea correcto, pero hizo una cosa por la que le estamos agradecido: mantener la paz en Oriente Próximo", ha dicho Peres, insistiendo en que "un régimen fanático y religioso en Egipto no será mejor que la falta de democracia".

Esta explicita declaración llega poco después de que Israel pidiera a EEUU, China, Rusia y varios países europeos que bajen el tono de sus críticas al régimen de Mubarak. Según informa el diario Haaretz, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí remitió el sábado un cable a sus embajadas en Estados Unidos, Canadá, China, Rusia y varios países europeos. En el mensaje las autoridades israelíes pidieron a sus diplomáticos que transmitieran "lo antes posible" a los gobiernos occidentales la importancia de preservar "la estabilidad en Egipto". Tel Aviv ha tratado de convencer a sus aliados de que es necesario mantener en el poder a Mubarak, que ha garantizado el cumplimiento del acuerdo de paz firmado entre Egipto e Israel con los Acuerdos de Camp David en 1978.

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En los últimos días, Israel había mantenido un perfil bajo ante los acontecimientos que transcurren en el país vecino, que amenazan no sólo con derrocar al régimen, sino también con extenderse a otros países de la región. Netanyahu ha pedido a sus ministros que mantengan extrema cautela y que no hagan declaraciones a los medios de comunicación. Él mismo ha tardado cinco días en abordar en público el asunto y lo hizo sólo para señalar que su objetivo es mantener la paz con Egipto, "esté quien esté en el poder". Los dirigentes israelíes temen que la caída de Mubarak pueda dar paso, tras un periodo de transición, al ascenso de los islamistas Hermanos Musulmanes, que gozan de amplio apoyo popular pese a estar su partido ilegalizado.

Por otro lado,EE UU y varios países europeos han pedido a Mubarak que no utilice la violencia contra las manifestaciones populares y que ponga en marcha reformas democráticas. La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, instó ayer al Gobierno egipcio a iniciar un proceso de diálogo con la oposición para garantizar una transición a "una democracia real". Desde Europa se ha pedido también a Mubarak contención con los manifestantes y la introducción de reformas.

"Los norteamericanos y los europeos se están dejando llevar por su opinión pública y no están tomando en cuenta sus intereses reales", dijo a Haaretz un alto cargo israelí. "Aunque critiquen a Mubarak, tienen que hacer que sus amigos sientan que no están solos. Jordania y Arabia Saudí están viendo las reacciones de Occidente, cómo todo el mundo está abandonando a Mubarak, y eso tendrá serias implicaciones", advirtió.

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Los presidentes de Israel, Simón Peres, y Egipto, Hosni Mubarak (derecha), durante su encuentro ayer en El Cairo.
Los presidentes de Israel, Simón Peres, y Egipto, Hosni Mubarak (derecha), durante su encuentro ayer en El Cairo.AFP

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