Clinton realiza la primera visita de una secretaria de Estado a Yemen en 20 años
El viaje sorpresa busca afrontar directamente con el Gobierno de Sanaa la urgencia de combatir a Al Qaeda desde sus raíces
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha viajado hoy a uno de los países más peligrosos para Estados Unidos: Yemen, desde donde Al Qaeda ha estado organizando los últimos intentos de atentados que mantienen en vilo a la comunidad internacional.
Se trata de la primera visita de un jefe de la diplomacia estadounidense al país árabe en dos décadas. Pero hoy es de vital importancia para el Gobierno de Washington dejar bien claro a las autoridades de Saná que la lucha contra Al Qaeda en sus raíces es un tema importante y de gran urgencia.
"Nos enfrentamos a una amenaza común por parte de los terroristas y Al Qaeda y nuestra asociación va más allá del contraterrorismo", ha dicho Clinton en un comunicado después de sostener una conversación de dos horas con el presidente yemení, Alí Abdulá Saleh.
La secretaria de Estado ha transmitido el mensaje de que la Administración norteamericana no está enfocada solo en las amenazas más próximas sino en los desafíos a largo plazo.
Washington no ha ocultado su ansiedad para que Yemen, vecino del mayor exportador mundial de petróleo -Arabia Saudí- incremente sus acciones contra el ala de Al Qaeda en ese país de la península arábiga donde los insurgentes han intentado llevar a cabo ambiciosos ataques contra objetivos occidentales, especialmente EE UU.
Ya no es solamente los ataques tipo guerrillas dentro de Yemen los últimos meses. La preocupación ha superado las fronteras después de los atentados fallidos para hacer estallar aviones de carga el año pasado, y el intento de ataque a un avión de pasajeros que iba de Ámsterdam a Detroit el día de Navidad de 2009.
El objetivo de la visita de Clinton ha sido convencer al Gobierno yemení de la urgencia de derrotar la ideología de Al Qaeda promocionando las largamente pospuestas reformas económicas y políticas.
Washington ha estado incrementando poco a poco su influencia en Yemen para frenar el colapso de un Gobierno ya debilitado por las rebeliones separatistas en el norte y el sur, además de los ataques de Al Qaeda a sus fuerzas de seguridad. Sin embargo, es un trabajo delicado, ya que una injerencia muy abierta podría exacerbar un fuerte sentimiento antinorteamericano.
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