Las dos filtraciones masivas que revelaron el detalle íntimo de la guerra
Wikileaks hizo públicos en julio 77.000 documentos sobre la guerra de Afganistán que documentaban 20.000 muertes.- En octubre sumó casi 400.000 archivos sobre la contienda de Irak
Tres meses antes de que la web de filtraciones Wikileaks pusiera en guardia al Gobierno de Washington con la revelación de cerca de 77.000 documentos sobre la guerra de Afganistán, un vídeo alojado en el sitio de esta organización bajo el título Collateral murder dio la vuelta al mundo con cuatro millones de visitas en solo 72 horas a través de YouTube. El metraje, de 39 minutos, muestra cómo un helicóptero Apache estadounidense mata a una docena de personas en un barrio de Bagdad, entre ellas el cámara de la agencia de noticias Reuters Namir Noor Eldeen, y su chófer Saeed Chmagh.
El vídeo, por cuya supuesta filtración está entre rejas en Virginia el analista militar estadounidense Bradley Manning, preparó el terreno de la expectación en torno a Wikileaks y de cara a la tormenta de folios que inundó la Red el 25 de julio de 2010 en la primera filtración masiva de la organización que dirige el australiano Julian Assange.
Ese día, The New York Times, The Guardiany Der Spiegel, después de semanas de trabajos con 76.607 papeles filtrados por fuentes anónimas a Wikileaks, compartieron la exclusiva de los detalles más íntimos de la guerra de Afganistán librada entre enero de 2004 y diciembre de 2009 con un saldo -según estos informes- de 20.000 muertos. Los documentos fechados en ese periodo de tiempo revelan, entre otras cosas, la complicidad de los servicios secretos de Pakistán (ISI), país aliado de EE UU en la llamada guerra contra el terror nacida de los atentados del 11-S, y las milicias talibanes que combaten a las tropas estadounidenses; detalla también la muerte de civiles afganos en operaciones militares aliadas; la intervención de fuerzas especiales para "capturar o matar" a los líderes talibanes; el uso habitual de aviones drones, no tripulados, en ofensivas fallidas; la obtención de misiles tierra-aire por el bando talibán, y la connivencia de Irán con miembros de Al Qaeda y otros grupos terroristas para la compra de armas en países como Corea del Norte o Argelia.
La presión del Pentágono
Pese a que Wikileaks anunció tras esa primera filtración masiva estar en posesión de cientos de miles de documentos más, la presión del Pentágono logró que la siguiente filtración tuviera que aguardar hasta el 22 de octubre. Antes de esa segunda tanda de documentos, Washington había acusado a Julian Assange de tener manchadas las "manos de sangre" y de poner en peligro la vida de sus soldados, y cinco ONG, entre ellas Amnistía Internacional, se quejaron por incluir en los documentos los nombres y apellidos de los afganos colaboradores de las fuerzas aliadas.
A los tres medios escogidos para dar a luz e interpretar los documentos de Afganistán se unieron Le Monde, Al Yazira y el Bureau of Investigative Journalism en la segunda gran filtración. 391.832 papeles se pusieron a disposición de los internautas a través de un microsite creado por Wikileaks en el que de nuevo se podía navegar a través de los horrores del día a día de una guerra, esta vez la de Irak, que se llevó la vida (entre enero de 2004 y diciembre de 2009 -la publicación se salta tan solo mayo de 2004 y marzo de 2009-) de más de 109.000 personas.
Los cálculos hechos a partir de los documentos filtrados sobre la contienda en Irak cifran en más de 66.000 los civiles muertos en ese periodo de tiempo, un 63% del total, y en 15.000 los que perecieron en incidentes hasta ahora desconocidos. Más allá de los números, los papeles de Irak revelan a lo largo de sus casi 400.000 despachos la permisividad de Washington ante las torturas sistemáticas cometidas en Irak. Al tratarse de documentos recopilados por el Ejército de EE UU, los hechos están, por tanto, en conocimiento del Pentágono. Los informes de abusos aparecen generalmente con frases como "no es necesaria ninguna investigación" o "ningún soldado de la coalición estuvo implicado en el incidente". Junto al trato vejatorio a los detenidos, las filtraciones exponen los abusos cometidos por los soldados estadounidenses contra los civiles en los checkpoints (puntos de control rutinario) que causaron la muerte de al menos 600 personas. Entre los muertos, discapacitados mentales, invidentes o simplemente conductores que no vieron las indicaciones de los militares.
De nuevo Irán y el régimen de los ayatolás salen a relucir en los documentos de Wikileaks por su apoyo a los insurgentes iraquíes -tanto en Irak como en Irán es mayoritaria la rama chií del islam-. La cadena catarí Al Yazira, uno de los seis medios con acceso a los documentos, rescató también de su contenido la complicidad de Siria en la resistencia ante la ocupación al permitir que su frontera con Irak se convirtiera en un colador por el que las milicias iraquíes recibían toda clase de apoyos.
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