Solana y Semprún exhortan a Europa a retomar la senda de la integración
El escritor y Felipe González presentan 'Reivindicación de la política', una conversación entre el ex alto representante de la UE y Lluis Bassets.
Mientras intenta capear la tempestad de la crisis económica, Europa debe esforzarse en no alejarse de la senda de la integración, única vía que puede garantizarle relevancia en el orden mundial del siglo XXI. Javier Solana y Jorge Semprún coincidieron en la necesidad de relanzar el proceso, rescatándolo del cansancio generado por la aprobación del Tratado de Lisboa, en la presentación de Reivindicación de la política, una conversación entre el ex alto representante de la UE y Lluis Bassets, director adjunto del diario EL PAÍS.
Pese a las muchas cassandras que ven Europa sumida en un inexorable declive en la escena global, Solana manifestó un sólido optimismo en el futuro del continente como "fuerza de estabilización y de paz" y destacó que nuevos e históricos logros siguen brotando de la experiencia común. Solana subrayó la reciente reconciliación entre Polonia y Rusia como prueba de la vitalidad de la fuerza motriz de Europa, a la que animó a lanzar un nuevo impulso integrador "de abajo hacia arriba", con el concepto de ciudadanía europea como base.
Anteriormente, el ex presidente del Gobierno Felipe González había esbozado un horizonte más oscuro para el continente, al que instó a "reaccionar" ante una inercia global que puede marginalizarlo como "el pequeño e irrelevante rincón suroccidental de Eurasia". González también alertó del desafío sistémico que sufren las democracias occidentales, cada vez más en dificultad en la gestión de problemas globales que deben ser encarados por Estados nación vinculado por cuidadosos equilibrios de poder. De ahí, según el ex primer ministro, la peligrosa potencial "fascinación por el mandarinato chino" que puede extenderse en varias regiones del mundo.
Bassets, introduciendo las líneas maestras de su conversación con Solana, publicada por la editorial Debate, mostró su inquietud por los titubeos en la respuesta a los nuevos desafíos globales por parte de la UE y, en el orden de sus familias políticas, por la desorientación de los partidos socialdemócratas. "Nos hallamos ante un mundo en pleno terremoto. Las placas tectónicas están en constante movimiento, pero hay momentos decisivos en los que se producen fricciones. Tenemos ahora en frente uno de esos momentos, con un paisaje en plena descomposición y recomposición. La crisis está cambiando las sociedades por dentro y alterando los equilibrios internacionales", dijo el periodista ante la platea de la Biblioteca Nacional de Madrid, en la que figuraban los miembros del Gobierno Manuel Chaves y José Blanco, entre otros.
El escritor Jorge Semprún destacó la cercanía de su relación con Solana y a excepcionalidad de la experiencia socialdemocrática española tras la transición, subrayando su independencia del comunismo, algo poco frecuente en los demás países de la Europa occidental. Semprún incidió en que ahora "el reto fundamental de Europa es proceder en el camino de la integración". El escritor exhortó a mantener abierto el diálogo con Turquía.
Felipe González coincidió en la necesidad de mantener puertas abiertas a Turquía y Bosnia, entre otros motivos, para evitar las funestas consecuencias de la eventual lectura de exclusión étnico-religiosa que tendría la negativa. González presentó a Solana como la figura española más relevante en la política internacional del último siglo. "Iba a decir de la era democrática, pero creo que se puede añadir la predemocrática y todo el siglo XX", dijo el ex primer ministro, ante un Solana cuyo rostro pareció delatar un momento de emoción.
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