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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jean Samuel, superviviente de Auschwitz

Narró 63 años después las vivencias que compartió con Primo Levi en el campo de concentración

Jean Samuel descansó en paz el 6 de septiembre en su Estrasburgo natal a la edad de 89 años. Este farmacéutico jubilado figura con mérito propio en la historia de la barbarie del siglo XX por ser el Piccolo ayudante de Primo Levi en el campo de Auschwitz.

Le invité a participar en Turín con Lisa, la hija de Primo, en la presentación en el Palazzo Cisterna en enero de 2002 de mi exposición Primo Levi, la memoria. En la inauguración de la muestra, comisariada por el gran realizador Gianfranco de Bosio que había puesto en escena Si esto es un hombre con Primo Levi en 1966 con la emocionada participación de artistas supervivientes de los campos, Jean Samuel leyó el testimonio que había escrito para mi catálogo:

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En Auschwitz lo llamaban Pikolo

"Yo era un joven alsaciano, estudiante de farmacia, deportado por la Gestapo con toda mi familia. En el campo, me llamaban Pikolo por ser el más joven de los prisioneros del Kommando 98; con Primo trabajábamos como peones en la inmensa obra de la Buna, descargando vagones de ladrillos o sacos de 60 kilos de productos químicos.

Había pedido a Primo que me diera lecciones de italiano.

Transportábamos el Kessel, la marmita de sopa de 50 kg de un extremo a otro del campo. Primo se acordó del Canto de Ulises en la Divina Comedia de Dante que me recitaba mientras en Auschwitz las cuatro chimeneas escupían llamas humanas de 10 metros de altura: "Considerad vuestra simiente: no fuisteis hechos para vivir como bestias, sino para conseguir virtud y conocimiento", dicen los versos del poeta que había vivido seis siglos antes que nosotros. Este episodio dio origen al capítulo central de Si esto es un hombre; fue, sin más, una iluminación de Primo, una nueva lectura de un Infierno que ni siquiera Dante pudo imaginar.

Primo no dejaba nunca de repetir su deseo de testimoniar, "lo queramos o no, somos testigos y llevamos ese peso". Nos volvimos a ver a menudo. La última vez en 1985 me dejó un regusto amargo: el reaparecer del revisionismo, la falsificación de la historia nos preocupaban. Hoy más que nunca, tenemos que batirnos contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo...

Lo quiera o no soy un testigo y llevo ese peso, voy a las escuelas, participo en conferencias, con mis nietos trabajo en nuestra asociación del pasado al futuro, transmisión y memoria con vocación europea".

Esa es la razón que le condujo de nuevo a Turín en 2002 y a seguir trabajando hasta el final de su vida con el mismo entusiasmo juvenil que permitió a Piccolo sobrevivir a la barbarie que asoló Europa y que no debería volver a ocurrir.

Sofía Gandarias es pintora

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