Crece el temor en los mercados a una nueva crisis alimentaria

El bloqueo ruso a las exportaciones de trigo por la devastación de los incendios y la sequía ha disparado el temor en los mercados a una segunda crisis alimentaria como la de 2007-2008. Como si se tratara de un terremoto, la escalada del precio del trigo se hizo sentir en otro tipo de granos, como el maíz. Rusia es el tercer mayor productor mundial de trigo, y si cierra el grifo, aunque sea de forma temporal, en seguida brota el nerviosismo sobre el efecto de la medida en el suministro del cereal a escala mundial. Eso, a su vez, se traduce en una oportunidad para que grandes exportadores rivales, como EE UU, Australia o Argentina, puedan atender la demanda.

Solo el jueves, los precios del grano subieron un 12,9%, a 236 euros por tonelada para las entregas en noviembre. Es pronto para saber cómo aplicará Moscú el bloqueo, y eso dependerá del daño real que haya sufrido el cultivo en Rusia. Pero el anuncio se produce en un mercado ya alcista. El precio del trigo se dobló en menos de dos meses. Y también habrá que ver si otros países anuncian medidas temporales similares.

No hay que olvidar, sin embargo, que este mercado del cereal es muy propenso a la especulación. Y lo que puede ser una buena noticia para los productores es un revés para los grandes importadores, como Indonesia, y para las economías subdesarrolladas. Basta recordar la crisis alimentaria por el alza del maíz y del arroz en 2007 y 2008. De hecho, la espiral actual y los recortes de producción en Canadá despiertan temores a un episodio similar.

Lo que también recuerdan los analistas es que los precios pueden caer como una piedra. La clave, por tanto, a la hora de anticipar las consecuencias de la medida rusa es saber cómo están las reservas de grano. Y con los efectos de la recesión haciéndose sentir en los bolsillos, cómo el alza del precio afectará al consumo.